No sólo billetes truchos se manipulan en el mercado, sino también monedas de bajo valor que presentan características bien diferentes de las que reúnen las verdaderas, hoy escasas y en muchos casos inhallables.
Kiosqueros, diarieros y en especial vendedores de tarjetas de colectivos explican a sus clientes que no tienen más opción que darles el vuelto de su compra en caramelos, ante la falta de monedas, en especial de 10 centavos.
Sin embargo, hay quienes encontraron una nueva posibilidad de ingreso y, maniobra delictiva mediante, fabrican monedas de 5 y 10 centavos que ya pusieron en circulación en el mercado.
Así lo constató Mauricio, un lector de Rosario3.com que se tomó el trabajo de averiguar los requisitos legales de ambas monedas y los cotejó con las monedas truchas que llegaron a su poder.
“Se distinguen fácilmente unas de otras –asegura Mauricio– acercándoles un imán, ya que la moneda falsa se aferra y la verdadera, no. También se puede observar que el lateral de las nuevas e ilegítimas monedas de 10 y 5 centavos tienen el contorno liso, a diferencia de las originales cuyo contorno está poblado de pequeñas y consecutivas ranuras”.
De acuerdo a la información brindada por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) en su página oficial (www.bcra.gov.ar), las monedas de 5 centavos existen en dos variantes, diferenciadas por su composición: níquel y aluminio. Una en cuyo anverso se inscriben las leyendas "República Argentina” y "En unión y libertad” y el Sol Patrio de 32 rayos; mientras que en el reverso figura el valor en número, la palabra "centavos" y el año de acuñación.
Las monedas de 10 centavos legítimas, presentan en su anverso las leyendas “República Argentina y “En unión y libertad”, además del escudo nacional; mientras que en el reverso consta el valor en número, la palabra "centavos" y el año de acuñación.
“Como la falsa moneda –dice la conocida canción española– de mano en mano va, y ninguno se la queda”, y algo similar pasa en el circuito local, donde los cajeros de los bancos dicen que rara vez se presenta alguien a pagar con monedas falsas. “Por lo general, cuando alguien trae plata falsa, son billetes (no monedas) y procedemos a la labrar un acta de retención para remitirlo al banco Central y sacarlo de circulación”, coinciden todos.
Las monedas falsas pasan de una mano a otra y la consigna por parte de los usuarios advertidos de la ilegitimidad parece ser usarla como parte de pago y “hacerla correr” dicen los empleados bancarios, mientras esto sea posible.

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