La anestesia general afecta al reloj interno cerebral y genera en el paciente un efecto similar al del "jet-lag" de un viaje entre Madrid y Nueva York, según un estudio de investigadores franceses. Las pruebas, efectuadas en ratones, demuestran que la anestesia altera los ritmos denominados circadianos, controlados por un reloj interno en el hipotálamo cerebral que regula la alternancia entre sueño y vigilia durante veinticuatro horas. Esta desincronización por la anestesia del reloj interno, que integra estímulos ambientales como la luz y actúa sobre otros sistema cerebrales y endocrinos, equivale a lo que lo haría un vuelo entre Madrid y Nueva York. "Numerosos pacientes se quejan de alteraciones del sueño, cambios de humor, dolores de cabeza y fatiga tras recibir una anestesia, pero hasta ahora desconocíamos si estos síntomas se debían al proceso quirúrgico o a la anestesia", explicó hoy la responsable del estudio, la científica francesa Laure Pain. Las pruebas fueron efectuadas con propopofol, un anestésico que desaparece del cuerpo una media hora después de ser suministrado, lo que hacía "aún más inexplicable" que estos molestos efectos durasen hasta cinco días, apuntó Pain, de la Facultad de Medicina de Estrasburgo (este de Francia). Otra de las conclusiones del estudio fue que la duración de la anestesia varía en función del momento en el que se suministra. Pain ha efectuado posteriormente las pruebas de la investigación sobre una decena de personas y ha obtenido "los mismos resultados que con ratones", dijo. Por eso, en la próxima primavera comenzará a estudiar cómo "contrarrestar" los efectos de la anestesia sobre el reloj interno por medio del empleo de la luz, añadió. El estudio fue efectuado por investigadores de los franceses Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica (INSERM) y Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) y publicado en el último número de la revista Neuropsychopharmarmacology.