Sabrina Ferrarese/Rocío Baró

Sentarse a la mesa es cosa seria. Lo que se lleva a la boca y la forma en que se come están directamente relacionados al estado físico y emocional de las personas. A pesar de la “buena prensa” que tienen los productos saludables y la aparición de nuevos espacios gastronómicos que promueven platos livianos y nutritivos, la falta de tiempo, de costumbre y –por qué no– de algunos prejuicios, promueven la mala alimentación proporcionada por productos envasados y “listos” para consumir.

¿Se puede comer bien y rico sin que la economía hogareña quede “en el horno”? Rosario3.com consultó a un cocinero, al dueño de un restaurante “verde” y a una nutricionista, quienes le pusieron sabor a una problemática que atraviesa a todos. Aunque no hay una receta única, existen algunas cuestiones que, llevadas a la práctica, pueden convertir el comer en alimentarse.

¿Qué es lo más importante que hay que poner en la olla?. La nutricionista del Centro Médico Promad, María Laura Serrano, consideró necesario lograr un equilibrio entre los hidratos de carbono, las proteínas, las grasas y los nutrientes, de acuerdo a las condiciones personales, ya sea el sexo, el peso o la edad. Sin embargo, para todos, dio la misma recomendación: “Hay que ingerir carne, frutas y verduras en cantidad, tomar un litro y medio de agua cada día y evitar los hidratos de carbono”, indicó.

Parece sencillo pero no lo es. Además de sortear la tentación que rodea a la mayoría de los productos envasados– galletitas, palitos, chizitos, caramelos, gaseosas, por mencionar a algunos– y limitar su consumo a ocasiones especiales, cocinar rico y conseguir un plato nutritivo al mismo tiempo, es un verdadero trabajo.

Quien lo tiene resuelto es el cocinero Pablo Künzel, integrante de la fundación Rosario Cocina Ideas y al frente de un catering que ofrece comidas saludables. Para el chef, comer es una cuestión que debe tomarse con responsabilidad. “Somos lo que comemos”, repitió una y otra vez. El alimento es “energía” que se traga, se incorpora y el modo de procesarlo también debe ser cuidado.

“En los los últimos años, de acuerdo a las leyes de consumo y de las grandes empresas de alimentación industrializada, se ponen algunos productos de moda”, analizó y continuó: “También estamos volcados al trabajo, nos exigimos mucho. La alimentación pasó a ser nuestro enemigo porque no tenemos tiempo, no nos dedicamos. Es lo último a lo que le damos importancia y es lo primero. Mientras tengas una buena alimentación vas a tener una buena calidad de vida”, sugirió.

Para Künzel no se trata sólo de disfrutar de lo rico: “Quien se alimenta, en el futuro va a estar menos enfermo porque la mayoría de las enfermedades son producto de una mala alimentación. Tenés una mejor actitud. Y además la buena alimentación y el hecho de dedicarle energía y tiempo para prepararla y degustarla crea valores dentro de la familia, morales y éticos, muy importantes”, advirtió. “Hay que tomar conciencia de la propia alimentación para lograr tener un equilibrio”, remarcó y en ese sentido puso énfasis en la variedad del consumo.

¿Y qué hay que alejar de la olla? El chef explicó que existen 5 tipos de alimentos que “son dañinos en exceso”: la leche, el azúcar, los productos refinados, las grasas y los fritos. “La idea no es sacarlos porque lo que se resiste, persiste”, dijo. En cambio, llamó a tomar conciencia y reemplazar algunos productos por otros menos conraproducentes.

“Somos el único mamífero que toma leche por fuera del período de lactancia y no la nuestra, sino la de un animal 5 o 6 veces mayor que nosotros. Está bárbara la leche, la manteca, los quesos pero hay que reducir su consumo. Usá queso crema, mezclá la leche con cereales, hay otras cosas para restituirla”, precisó. “Me encantan los spaghettis, el pan blanco pero no es la única alternativa. Empezá a meter fideos de trigo sarraseno. Amasá tu propio pan, metele cereales. Si comés toda la semana papa, es malo. Si comés todos los días carne es malo. Empezá a comer pescado, incorporar pollo, vegetales, reemplazá el chocolate con harina de algarroba, probá hacer un budín con eso. Hay que empezar a jugar y a experimentar y tener diversidad”, resumió.

No sólo en casa la comida hace bien

Comer rico y sano requiere de tiempo, ganas y una cocina con ingredientes disponibles. ¿Qué pueden hacer a quienes el arte culinario les quita el apetito? Hace tiempo empezaron a surgir nuevos espacios gastronómicos que ofrecen platos saludables y muy ricos. Se trata de restaurantes naturistas que ya tienen un público fiel.

El cocinero Ignacio Oliaga, dueño de Sana Sana, confirmó el fenómeno: “Hace poco que aparecieron nuevos lugares con una nueva mirada de la gastronomía, que buscan en el plato sabor pero también un equilibrio nutricional”, expresó.

Como en muchos de estos lugares, se juega con diversas combinaciones de cereales, legumbres, algas, especias y condimentos, “los duendes” de la cocina. En las cartas, aparecen repetidas las palabras “comino”, “hierbas”, “curry” o “aceite de oliva”, ingredientes que vuelven diferentes los sabores al paladar.

“Comer sano es personal”, opinó Oliaga. “Hay que escuchar al cuerpo que da una buena devolución cuando uno lo alimenta bien. Se obtiene una verdadera sensación de bienestar”, comentó.