El Barcelona goleó por 3-0 ante Las Palmas, en un politizado partido por la séptima fecha de la Liga de España que desató una crisis institucional con la renuncia de su vicepresidente institucional, Carles Vilarrubí, en desacuerdo con jugar con las puertas cerradas del Camp Nou a raíz del clima de tensión y violencia que rodeó al referéndum independentista de Cataluña.

El equipo de Ernesto Valverde se mantuvo como líder ideal (21 puntos en siete fechas) por un gol de Sergio Busquets y un doblete del argentino Lionel Messi, que se afianzó como máximo anotador de la temporada con once conquistas en una jornada que tuvo el aspecto deportivo en un claro segundo plano.

El partido estuvo rodeado por un clima de incertidumbre y tensión hasta los instantes previos a su inicio debido a la situación social en Cataluña, donde se registraron episodios de violencia y represión por la asistencia de sus ciudadanos a las urnas.

El Barcelona planteó la posibilidad de suspender el juego por lo sucedido durante el desarrollo del referéndum por la independencia catalana, declarado ilegal por el Tribunal Constitucional de España e igualmente rechazado por el Gobierno español.

La directiva de la entidad "blaugrana" entendió que existían condiciones de "excepcionalidad" para no jugarlo pero se encontró con la negativa de las autoridades de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), que a instancia de la policía exigieron su disputa.

Los Mossos d'Esquadra (Policía de Cataluña) consideraron que el partido no revestía "ningún problema de seguridad", por lo que Barcelona decidió jugarlo a puertas cerradas para no exponerse a una sanción deportiva en caso de suspenderlo en forma unilateral.

Esa decisión le hubiera significado al club perder el partido por 0-3, así como tres puntos en la clasificación de la Liga (artículo 77 del Código Disciplinario).

Tras confirmarse el partido, el vicepresidente institucional de Barcelona, Carles Vilarrubí, presentó su renuncia "indeclinable" en desacuerdo por la medida de hacerlo sin público, en tanto que centenares de fanáticos que esperaban en las inmediaciones del estadio reclamaron a gritos la renuncia del presidente Josep Maria Bartomeu.

Vilarrubí, de 63 años, le hizo saber su renuncia la mesa directiva de la entidad después de un debate interno sobre la realización o no del juego.

Bartomeu se mostró confiado en la posibilidad de revertir la postura: "Tendremos tiempo para hablar en los próximos días sobre este tema. Es normal que en una Junta no todos tengamos la misma opinión".
Luego, el presidente defendió la decisión de jugar a puertas cerradas y pidió que "el mundo vea lo que está sucediendo en Cataluña" en relación a los disturbios del referéndum independentista catalán.

"Hemos intentado suspenderlo. La situación no es la ideal para jugar el partido, pero por razones excepcionales no ha podido ser. En el club nos hemos reunido todas las partes, también los jugadores, y hemos decidido jugar a puertas cerradas. Queremos que el Camp Nou vacío sea un mensaje que vea el mundo entero", afirmó Bartomeu al canal oficial del club.

En un comunicado oficial, Barcelona condenó "las acciones llevadas a cabo hoy en muchas localidades de toda Cataluña para impedir el ejercicio del derecho democrático y la libre expresión de sus ciudadanos".

El plantel salió al campo de juego enfundado en una camiseta de entrenamiento con los colores de Cataluña, pero disputó el partido con la tradicional "blaugrana".

Por su lado, Las Palmas se bordó especialmente la bandera de España en su atuendo como mensaje en defensa de la unidad de España.

"Con la bandera española bordada en nuestra equipación queremos votar de forma inequívoca en una imaginaria consulta a la que nadie nos ha convocado: creemos en la unidad de España", señaló Las Palmas en otro comunicado.

"Lo hacemos desde la autoridad moral que le quieran conceder a la región más lejana de la capital de este reino. Lo hacemos para decirle al mundo que sentimos dolor por lo que está ocurriendo", añadió el club de las Islas Canarias.

El histórico partido tuvo, además de Messi, otros tres argentinos en la cancha: Javier Mascherano en el equipo local y el arquero Leandro Chichizola más el delantero Jonathan Calleri en la visita.