La población británica recordó hoy con dos minutos de silencio a las víctimas de los atentados de Londres del 7 de julio de 2005 (7-J) y se depositaron flores en los lugares donde explotaron las cuatro bombas que causaron 52 muertos.

Sobre el mediodía (11.00 GMT) de hoy, los autobuses, automóviles y taxis se detuvieron, mientras que millones de trabajadores de oficinas, tiendas y fábricas salieron a las calles para sumarse al silencio en honor de los que perdieron la vida hace un año.

El comienzo del silencio lo marcó el reloj Big Ben y unas campanadas de la catedral de San Pablo anunciaron el final.

Aunque el ambiente fue muy distinto al de hace casi un año, cuando la población se sumó en un silencio colectivo, la jornada de hoy transcurrió entre los que quisieron unirse al recuerdo y los que optaron por continuar con la vida cotidiana.

En Oxford Street, principal arteria comercial de Londres, muchos transeúntes y trabajadores guardaron los dos minutos de silencio, pero otros siguieron andando como si nada hubiera pasado, escena que se repitió en estaciones de trenes y aeropuertos del país.

En las estaciones de trenes donde explotaron las bombas y en la plaza de Tavistock (próxima al Museo Británico), donde estalló el cuarto artefacto en un autobús urbano, se vio a la gente con la cabeza inclinada y en actitud de recogimiento.

El primer ministro británico, Tony Blair, se sumó al recuerdo junto con miembros de los servicios de emergencia, en un lugar no revelado por fuentes oficiales.

En la catedral de Edimburgo (Escocia), la reina Isabel II de Inglaterra y su marido, el duque de Edimburgo, hicieron lo mismo cuando el reloj marcó las doce hora local.