Acostar a los bebés boca arriba cuando duermen reduce las muertes infantiles repentinas, pero aumenta el número de niños con una deformación craneal, señala un artículo que publica la revista Journal of Craniofacial Surgery.

Los bebés que tienen plagiocefalia deformativa tienen un riesgo más alto de presentar anormalidades del oído medio vinculadas con infecciones del oído, señala el artículo.

El síndrome de muerte infantil repentina, o "muerte en la cuna" es responsable de aproximadamente 0,5 muertes por cada 1.000 nacimientos vivos en Estados Unidos, pero la incidencia ha disminuido en años recientes de 4.895 casos en 1992 a 2.247 en 2004, el último año del cual se tienen datos seguros.

En el mismo período la mención del síndrome como causa de muerte de infantes de menos de un mes bajó del 80 al 55 por ciento. Una de las recomendaciones más comunes a padres y madres para evitar ese tipo de muertes es que no pongan a los bebés a dormir boca abajo.

La preocupación de los investigadores en el Centro Médico de la Universidad Wake Forest, de Carolina del Norte, es ahora porque muchos bebés que pasan horas en la cuna boca arriba sufran una deformación del cráneo con impacto potencial en el sentido de oído.

Los niños con plagiofefalia deformativa tienen un achatamiento de la parte de atrás de la cabeza que va de moderado a grave. El cráneo todavía blando de los bebés responde a la presión cuando permanecen por períodos prolongados en la misma posición.

El artículo señala que para la mayoría de los bebés con este problema el tratamiento consiste en un casco o una banda que moldea, suavemente, el cráneo en una forma más normal.

Los investigadores preguntaron a las familias de 1.259 niños con plagiocefalia deformativa acerca de la historia de infecciones del oído en sus niños.

Casi exactamente la mitad de los niños había tenido, por lo menos, una infección antes de cumplir un año de edad, una tasa similar a la de la población normal. La tasa fue levemente más alta para los niños con plagiocefalia más grave, el 54 por ciento comparado con el 49 por ciento para los que tenían una deformación más leve.

En 124 niños los investigadores llevaron a cabo un timpanograma, una prueba que mide las presiones dentro del oído medio. Ciertas pautas de timpanograma sugieren la presencia de otitis media.

Los resultados mostraron "una tendencia marcada" de relación entre las anormalidades relacionadas con la otitis media y la gravedad de la plagiocefalia, explica el artículo.

Fuente: EFE