Aunque algunos creen que ya hay señales de lo que podría ser el inicio de una lenta recuperación, aún perdura la sensibilidad en todos los rubros de la economía afectados por la turbulencia mundial.

Lo concreto es que el fin de la recesión aún parece lejano y por esa razón, tanto las empresas como el comercio, que se vieron gravemente jaqueados por la caída abrupta de la demanda, ensayan algunas salidas para paliar los efectos negativos.

Los especialistas explican que ante la recesión, hay dos posturas posibles. Algunos prefieren justificarse y no hacer nada para salvaguardar a la empresa de gastos mayores o adicionales. Otros, en cambio, deciden invertir en el futuro para conseguir que cuando termine la crisis, la compañía se encuentre en ventaja frente a la competencia.

“Los períodos de crisis como éste que aún no ha finalizado, son útiles para poner a prueba la creatividad y la plasticidad de los actores económicos”, afirmó en diálogo con Rosario3.com Juan Grupalli, asesor y capacitador de empresas, y sugiere algunas estrategias para hacerle frente a la debacle, antes que generar miedo o replegarse.

“En el caso de las pequeñas y medianas empresas –señala el profesional–, esta actitud de repliegue es bastante común, por eso algunas ideas positivas para diferenciarse del resto, pueden consistir en reforzar o mejorar la imagen de la marca propia, rediseñar productos, armar paquetes de ofertas, o establecer alianzas con los proveedores (que resultan tan perjudicados como los comerciantes, cuando se desploma la demanda)".

"En síntesis, se trata de observar esas fuerzas invisibles con que cuenta la empresa y que en períodos de bonanza económica, pasan inadvertidos”, sostiene Grupalli.

Los asesores económicos rehuyen al popular cliché de que “crisis es sinónimo de oportunidad”, pero insisten en la necesidad de sentarse a analizar punto por punto las fortalezas y debilidades de la producción o de la venta a la que se dedica la empresa, para no caer más abajo de lo previsto, y en lo posible ubicarse mejor que la competencia para el despegue, cuando la crisis amaine.

“En líneas generales, en toda compañía rentable el 80 por ciento de la facturación es generada por el 20 por ciento de sus clientes", puntualiza Andrea Consolini, directora de AC Consulting. "De modo que en momentos inciertos es justamente a ellos a los que hay que apuntar, porque constituyen el activo más valioso de la organización", agregó.

En ese sentido, sugirió “visitarlos con frecuencia, invertir más tiempo en ellos, escuchar las quejas y brindar rápidamente soluciones, aprender de ellos para generar actividades de fidelización, y promover nuevas ventas y nuevas actualizaciones exclusivas para esos clientes”.