La ampliación del Canal de Panamá puede reducir en más de 100 millones las toneladas de Dióxido de Carbono (CO2) en el planeta en un período de diez años, por ser la ruta más corta de transporte marítimo y por permitir más capacidad de carga por embarcación.

El gerente ejecutivo de la División de Ambiente de la ACP, Oscar Vallarino, explicó durante un seminario sobre el tema que "al ser una ruta más corta y al poder pasar más carga gracias a la ampliación del Canal, se va a reducir el consumo de combustibles y las emisiones contaminantes".

Es lo que la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) ha titulado "La Ruta Verde Marítima del Mundo", un proyecto que busca reducir las emisiones de los gases que producen el efecto invernadero y a la vez contribuir en la protección y regeneración de los bosques de la Cuenca Hidrográfica de la vía interoceánica.

Cruzar el canal del país centroamericano será, según Vallarino, la opción más ecológica frente a las rutas de Cabo de Hornos (en el Sur de Chile), de Buena Esperanza (en el Sur de África) y del Canal de Suez, en Egipto.

Esta reducción de emisiones se daría a partir de 2015, una vez finalizado el proyecto de ampliación, y estarían, de momento, proyectadas hasta diez años más, en 2025.

"Somos conscientes de que las emisiones de la industria marítima no han sido reguladas todavía, ya que el tema está en proceso en la Organización Marítima Internacional (OMI)", apuntó Vallarino.

En marzo próximo esta institución prevé tratar el tema de la emisión de gases por parte de las embarcaciones, pero de momento existen unas directrices provisionales basadas en aspectos como el tiempo de tránsito, el uso diario de combustible y la velocidad.

Otro de los componentes de la "Ruta verde" es la reforestación de 20.000 hectáreas en la Cuenca del Canal de Panamá en los próximos 5 años, lo que tendría efectos positivos en los próximos 20 años con una disminución estimada de CO2 de 6 millones de toneladas.

"Si en diciembre en Copenhague (Dinamarca) la Convención de Cambio Climático aprueba el programa de certificados de reducción de emisiones causadas por deforestación o degradación de bosques (REED), se recuperarían entre 30 y 40 millones de dólares", los cuáles se volverían a reinvertir en la Cuenca, subrayó el gerente de la División de Ambiente.

La ACP también prevé dar "incentivos ambientales" a los propietarios de las fincas que protejan los bosques haciendo una inversión inicial de 18,5 millones de dólares para que "puedan recuperar sus áreas y hacer una ganadería y agricultura sostenible".

Fuente: EFE