“Desprolijidad” es el término que el doctor Alfredo Cahe, médico personal de Maradona, eligió para describir este momento de la vida de Diego, donde se lo ve nuevamente con sobrepeso, con la mirada perdida y una incontrolable debilidad por los habanos y el champán. Y además de recaer en estos deslices, el Diez ya ni siquiera se aferra a su fe en Dios, esa que siempre pregonó, y sigue en estado de rebeldía con el hecho de someterse a algún tratamiento terapéutico, según confesó el propio Cahe.
“No hay forma de que Diego se trate con algún terapeuta, sólo hay forma de hablar con él al estilo Diego. En 30 años hemos tenido diálogos pero sólo con su estilo, siempre prefirió darle a su vida un sentido religioso, que también últimamente ha abandonado”, expresó el médico en diálogo con Radio 2.
Cahe pretende que Maradona se tome un descanso de su vida cotidiana (“le estamos insistiendo para instalarnos en un spa de Suiza en donde tengo muchos amigos”), para que reencause sus conductas, que incluyen al menos cuatro habanos y tres copas de champán diarias.
“Cuando dejás una adicción, entrás en un período en que comés o fumas más –explicó Cahe a Alberto Lotuf en De tarde en tarde–; no es un periodo peligroso pero no vamos a esperar que empeore para buscar una solución. Con Diego siempre tuvimos un día a día, con una personalidad adictiva como la suya hay que estar permanentemente encima”.
Sin embargo, el profesional aclaró que el ex jugador, “por suerte, está alejado de la adicción a la cocaína” y sólo está siendo “desprolijo con el tabaco y con la dieta”.
“La medicación que le incluí es más intensa de la que venía tomando”, añadió el médico al ser consultado sobre el rostro débil y la mirada extraviada de Maradona, gestos que se le hicieron comunes en sus apariciones públicas de las últimas horas.
Pero más allá de todo, Cahe aseguró que los chequeos que le realizaron al Diez la semana pasada fueron satisfactorios. “Los estudios orgánicos dieron totalmente bien. También el by pass gástrico que tiene, pero si seguimos así, se van a aumentar los riesgos”, reconoció.
“No hay forma de que Diego se trate con algún terapeuta, sólo hay forma de hablar con él al estilo Diego. En 30 años hemos tenido diálogos pero sólo con su estilo, siempre prefirió darle a su vida un sentido religioso, que también últimamente ha abandonado”, expresó el médico en diálogo con Radio 2.
Cahe pretende que Maradona se tome un descanso de su vida cotidiana (“le estamos insistiendo para instalarnos en un spa de Suiza en donde tengo muchos amigos”), para que reencause sus conductas, que incluyen al menos cuatro habanos y tres copas de champán diarias.
“Cuando dejás una adicción, entrás en un período en que comés o fumas más –explicó Cahe a Alberto Lotuf en De tarde en tarde–; no es un periodo peligroso pero no vamos a esperar que empeore para buscar una solución. Con Diego siempre tuvimos un día a día, con una personalidad adictiva como la suya hay que estar permanentemente encima”.
Sin embargo, el profesional aclaró que el ex jugador, “por suerte, está alejado de la adicción a la cocaína” y sólo está siendo “desprolijo con el tabaco y con la dieta”.
“La medicación que le incluí es más intensa de la que venía tomando”, añadió el médico al ser consultado sobre el rostro débil y la mirada extraviada de Maradona, gestos que se le hicieron comunes en sus apariciones públicas de las últimas horas.
Pero más allá de todo, Cahe aseguró que los chequeos que le realizaron al Diez la semana pasada fueron satisfactorios. “Los estudios orgánicos dieron totalmente bien. También el by pass gástrico que tiene, pero si seguimos así, se van a aumentar los riesgos”, reconoció.