No surgió del club, ni siquiera es rosarino. Pero parece que Gastón Aguirre aprendió a sentir lo que es un clásico de la ciudad y a sufrir cuando el resultado es la derrota, como ocurrió el último domingo, con goleada incluida.

“Sigo triste y el equipo también, sintió la derrota, era un partido muy importante para nosotros. Yo estoy muerto. Lo demuestro en mi casa, con mi novia, no me aguanto nada, estoy mal. Pero tengo ganas de revertir las cosas”, relató este miércoles el defensor de Newell’s con la voz apagada, cuando ya pasaron tres días del partido en el Gigante.

El reemplazante del lesionado Nicolás Spolli ante el Canalla consideró que “esconderse en el departamento” es la mejor opción “hoy por hoy”. “Como soy yo, no me puedo aguantar una cargada de un hincha de Central en la calle”, explicó.

Aguirre contó también que la goleada por 4-1 lo marcará “para toda la vida”, pero con una mirada hacia el futuro pidió “que llegue lo más pronto posible el partido con Independiente”, el rival de la Lepra el próximo domingo. “Queremos revancha, aunque sabemos que no van a cambiar mucho las cosas si ganamos”, se sinceró.

Consultado sobre lo que le dijo al Kily González en el momento en que éste se disponía a patear el penal que selló el resultado, y tras que los comentarios hablaban de un pedido de compasión y de levantar el pie del acelerador, Gastón se molestó y aclaró el asunto: “Le pregunté a qué lugar lo iba a patear, en tono de broma. Mirá si le voy a decir que bajen el ritmo… cuando jugás contra tu clásico rival, si podés, le querés hacer 15 goles”, apuntó.