Al menos doce personas murieron en Irak y más de 20 resultaron heridas por la explosión de un camión-bomba conducido por un suicida y un posterior ataque con proyectiles de mortero en Mosul, 400 kilómetros al norte de Bagdad.

Según relataron fuentes policiales, el vehículo se dirigía hacia la comisaría de Zaqafa cuando varios policías dispararon contra el camión y su conductor.

Debido a los disparos de los agentes, el camión se desvió de su trayectoria y estalló junto a una fila de coches que esperaban su turno en una estación de combustible.

Las fuentes precisaron que el incidente tuvo lugar hacia las 7.30 hora local (4.30 GMT) en el barrio Zaqafa situado en la parte oriental de la ciudad, dividida en dos por el río Tigris.

Tras la explosión, cinco proyectiles de mortero impactaron contra una mezquita situada junto a la comisaría.

Como consecuencia de la deflagración del camión 40 vehículos se vieron afectados, aseguraron las fuentes.

Testigos presenciales aseguraron que el estallido se escuchó en un amplio radio de distancia y que numerosas ambulancias estaban llegando al lugar del suceso.

Las autoridades de Mosul, ciudad en la que un gran número de comisarías han sido objeto de algún ataque durante la mañana, han prohibido el tráfico rodado en la ciudad.

Asimismo, el oficial de policía Waziq Abd al Qader aseguró que se estaban produciendo violentos enfrentamientos entre las fuerzas de la Policía y el Ejército con fuerzas insurgentes.

Mosul, una ciudad mayoritariamente sunita, está considerada uno de los feudos de la insurgencia y ya ha sido testigo de numerosos atentados que han causado la muerte de decenas de personas desde la invasión y posterior ocupación de Irak en marzo de 2003.