En medio de la crisis por la masiva llegada de refugiados a Europa, los gobiernos de Alemania y Austria decidieron abrir sus fronteras y esperaban para este fin de semana la llegada de unos 10 mil inmigrantes procedentes de Hungría. Autoridades europeas elogiaron la actitud de estos dos países, pero a la vez reclaman un plan de recibimiento para que “no se excedan las capacidades”.

"Es tres veces más que en los otros días. Poco a poco llegamos a los límites de nuestras capacidades", dijo el portavoz de la policía federal alemana Ivo Priebe.

Por otra parte, las autoridades austríacas cuentan con que el curso del día cerca de 10 mil refugiados llegarán al país atravesando la frontera húngara.

En Alemania, los trenes procedentes de Austria con refugiados se encaminarán hacia Münich. Sin embargo, algunos ya serán trasladados a campos de refugiados en una escala en la ciudad bávara de Rosenheim, informó la agencia EFE.

Varios cientos de agentes de la policía federal, encargada de la seguridad en las vías ferroviarias, se ocuparán de asistir a los refugiados, registrarlos y trasladarlos a campos de acogida.

Los gobiernos de Austria y Alemania habían decidido anoche permitir la entrada a los dos países a los refugiados procedentes de Hungría.