La cifra de víctimas fatales tras el paso de la tormenta de nieve del siglo, apodada Nemo, aumentó a diez, según los últimos reportes.

El fenómeno que castiga a la coste este de los Estados Unidos se cobró la vida de un niño de 11 años y de un hombre de 20 en Boston, que murieron como consecuencia de envenenamiento de monóxido de carbono tras intentar resguardarse del frío en sus autos, cuyos tubos de escape se encontraban taponados por la nieve.

Por otro lado, otras tres personas fallecieron en las heladas rutas de New Hamshire, Connecticut y Nueva York.
En Danbury, Connecticut, un hombre se resbaló de su terraza y la caída le provocó la muerte.

En el estado de Nueva York, otro hombre falleció al sufrir un accidente con una máquina quitanieves. Situaciones similares vivieron otros dos hombres en Connecticut cuando intentaron retirar la nieve de las entradas de sus casas.
La tormenta tuvo su punto álgido la noche del viernes al sábado, aunque no se descarta que los problemas puedan continuar durante algunos días más.

El costado alegre de la nieve. Lejos de las malas noticias, la tormenta alegró el fin de semana cuando los parques se cubrieron enseguida de un manto blanco, como ocurrió con el famoso Central Park y el Riverside Park, donde se repartió chocolate