Un informe de
Según ese informe, los jóvenes latinoamericanos de sectores pobres valoran cada vez menos la escuela y el trabajo como mecanismos de movilidad social, mientras el consumo material y el simbólico se potencian como elementos de identidad y de inclusión o exclusión social.
De acuerdo con Saraví, un número creciente de jóvenes cree la educación secundaria es incapaz de generar mejoras en sus condiciones de vida, pese a que estos estudios se han masificado. El mismo descrédito experimenta el mercado del trabajo, ante la extendida precariedad laboral, inestabilidad y bajos ingresos.
Para su estudio, este investigador entrevistó a mexicanos de sectores desfavorecidos y revisó informes realizados en Perú y en las favelas brasileñas de Sao Paulo, donde muchos jóvenes admiten que han perdido interés por estudiar o trabajar.
Saraví señala que la crisis del sentido de la escuela y el trabajo ha provocado el aumento de la migración, actividades ilícitas y conductas evasivas, por lo que los dilemas que se plantean
para la agenda pública adquieren mayor complejidad y urgencia.
Fuente: EFE