Fiel a la calma que lo distingue en un ambiente de gestos desmedidos y puro frenesí, el técnico de Rosario Central, Gustavo Alfaro, se entregó este martes a una prolongada charla con la prensa en el predio Palos Verdes. Allí, el conductor del primer equipo auriazul hizo un minucioso análisis del rendimiento canalla ante Gimnasia, se refirió al momento anímico que viven los jugadores y dio detalles de la preparación para el partido del domingo ante Boca. Aquí, las declaraciones del DT punto por punto:
La imagen que le dejó el trabajo ante Gimnasia
"Tenía expectativas e ilusiones de que el equipo pudiera rendir de otra manera. No esperaba ese debut. Aunque también sabía que no era sencillo cambiar la realidad de Central y que un cambio de técnico no significa encontrar la solución mágicamente. Noté muchos desequilibrios tanto colectivos como individuales, errores conceptuales que nos complicaron fundamentalmente en el primer tiempo, donde tuvimos suerte de que Gimnasia no definió el partido en los primeros 45 minutos porque hubiera podido hacerlo allí. En el segundo tiempo Central cambió su predisposición, su lucha en la mitad, se hizo más de la pelota, Gimnasia se quedó un poco. Si bien seguimos cometiendo errores, ya el partido se jugó en otro terreno, que es donde se debió plantear en el primer tiempo. Pero está claro que fue una producción lejana a lo que nosotros pretendíamos".
La presión de las tribunas
"El equipo está tenso, por eso hoy hablamos del papel que juega la gente. Yo digo que lo de la gente fue maravilloso por el aliento incondicional. Pero eso a veces te juega en contra si te hace perder el sentido del juego y empezás a estar sintiendo más lo que pasa afuera que preocupado por lo que pasa adentro. Yo creo que eso nos costó, a algunos chicos más que a otros. Hoy el principal problema de central es futbolístico y no anímico, porque qué jugador no va a querer entrar a una cancha con el marco que había el otro día. Entonces el problema no es que Central no pone y no corre, sino que corre mal”.
El orden, sobre todas las cosas
"El equipo no funcionó como tal, después de ahí lógicamente que se falla individualmente porque se falla colectivamente. El equipo tiene que mostrar otra imagen, otra prestancia en el campo, otra autoridad, no ser tan frágil entre líneas, no actuar por impulsos que nos llevó a desordenarnos. Desde los treinta segundos hasta el final del primer tiempo el equipo careció de identidad. Por eso más allá de lo que pase, de una circunstancia adversa, el orden no se tiene que perder nunca, porque hoy un equipo ordenado y bien preparado físicamente le complica las cosas a cualquiera. Y si a eso vos le adosás capacidad para convertir un gol, estás para pelear arriba. Entonces hoy el equipo tiene que tener orden, porque si está ordenado puede pelear los partidos hasta el último minuto".
La inminencia del duelo ante Boca
"Lógicamente me preocupa la realidad del equipo, pero no porque ahora venga Boca. El rival de turno va a ser más o menos difícil de acuerdo a como estemos nosotros. Si Central está mal, cualquier rival va a ser complicado; si Central está bien, no importa el rival que venga. Yo lo que trato es de ensamblar un equipo.Estoy pensando qué defensa puedo parar y cómo reemplazo al Kily. Hoy lo que menos me preocupa es Boca. A mí me preocupa Central, cómo trabajamos los rebotes, la corbertura de las marcas, el manejo de la pelota. Si Central está bien, no me importa el rival".
Cómo capitalizar el aliento de la gente
"La presión va a estar siempre y hay que saber adaptarse a eso. Cuando yo empecé a dirigir estaba en Belgrano de Córdoba peleando un descenso y en un momento me costaba salir del banco de suplentes por la presión de la gente, los insultos, la obligación. Hasta que llega un momento en que uno hace un clic y no te importa más nada: ni que te insulten los hinchas ni que te critique la prensa ni nada, porque estás más allá de eso. Acá hay que madurar a los golpes, y los jugadores tienen que estar más allá de la euforia y de la depresión. Porque acá vamos a ganar dos partidos y vamos a creer que lo tenemos a Dios agarrado de las barbas, pero no es así. En los extremos no se puede convivir. Para eso hay que hacer un sacrificio de personalidad, para estar más allá de la euforia de la gente. Los jugadores tienen que pensar en el partido, no en la euforia de la gente. El otro día, en los últimos córners, teníamos siete hombres que iban a cabecear y no había nadie al rebote. Yo le decía a Jesús Méndez que busque el rebote y no me escuchaba. Ni él ni nadie. Y los tres córners los rechazaron, cayeron en la medialuna y ellos sacaron tres contragolpes. Entonces esas cosas hay que manejarlas, vivirlas y saber aprovecharlas, porque cuando éste equipo esté bien y sepa capitalizar el aliento de la gente, va a ser como jugar con un hombre de más".
El esquema preferido y el más adecuado
"Teniendo un enganche como Ezequiel, el tema es tratar de ver cómo podemos distribuir el medio y acompañarlo para que el equipo no quede tan descompensado entre defensa y ataque. A mí me gustaría poder jugar con el Equi y dos puntas, pero para eso necesito un mediocampo y una defensa más firmes. Y todavía no tenemos ni una cosa ni la otra. Quizás más arriba Ezequiel se desaproveche un poco, pero es como que estamos presos de esta situación porque no tenemos volantes de los costados que tengan el recorrido que tienen que tener, un volante central bien plantado ahí en el medio... es como que necesitamos laterales con salida y que sean firmes y rápidos para achicar las marcas. Y creo que hoy esa opción es más viable para jugar de local que de visita. Hoy por hoy, estamos más para un 4-4-1-1".
El cambio depende de Central
"Nunca se toca fondo, como tampoco un equipo nunca llega a su techo o termina de crecer. Uno dice «tocamos fondo», pero la realidad es que hay escenarios peores posibles: ahora se pierde con Boca, Gimnasia de Jujuy y el clásico, y ese es un escenario peor todavía. Peor se puede estar, pero mejor también. Esta pregunta si me la hacen dentro de un tiempo, cuando el equipo logre tres victorias consecutivas, yo te voy a decir que no estamos en nuestro techo, porque siempre se puede estar mejor. Mientras el equipo tenga ambición por mejorar, seguirá creciendo. Entonces yo soy un convencido de que esas cosas no existen".
El entrenador analizó la derrota con Gimnasia
Alfaro: "No tocamos fondo"


