Luego de que se conociera una denuncia contra el actual jefe del Ejército, César Milani, por espionaje, el juez federal Julián Ercolini ordenó allanar su oficina en el séptimo piso del edificio Libertador, donde funciona la sede de la Dirección General de Inteligencia del Ejército. Ante la presencia del propio Milani, funcionarios judiciales secuestraron unas diez computadoras. El teniente general había sido cuestionado por supuesto espiojane a periodistas y políticos, entre ellos a Daniel Santoro del diario Clarín y al senador radical Gerardo Morales.

Según publicó La Nación, el operativo –que ocupó una dotación de 50 agentes de Prefectura– se llevó a cabo este lunes pero trascendió recién este jueves aunque aún se desconoce si se encontró información valiosa.

Los funcionarios judiciales inspeccionaron la Sala de Situación, donde, según denunció Morales, personal de la dependencia militar realiza tareas de inteligencia clandestina pero una fuente castrense consultada por el diario porteño, se mostró escéptico ante el resultado del procedimiento: explicó que "el espía no tiene generalmente escritorio y difícilmente deje su material en un disco rígido".

El allanamiento se produjo cinco días después de ser aprobado en el Senado el ascenso de Milani a teniente general, lo que generó una fuerte polémica, a raíz de las denuncias sobre su responsabilidad en la desaparición y detenciones ilegales de personas durante la dictadura militar.