El Alzheimer consiste en un desorden cerebral que afecta a la habilidad de las personas para llevar a cabo sus actividades diarias y es la forma más común de demencia entre los mayores, involucrando áreas del cerebro que controlan la velocidad del pensamiento, la memoria y el lenguaje, entre otros aspectos.

El 21 de septiembre es el Día Mundial del Alzheimer, propuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Internacional de Alzheimer (AIA), que estiman que hay 35 millones de afectados en el mundo por esta enfermedad.

Pablo Richly, jefe de la Clínica de Memoria del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO), sostuvo que "ante el Alzheimer el abordaje no farmacológico es tan importante como el uso de la medicación".

Richly añadió que "eso obedece a que la estimulación de las funciones cognitivas y del desempeño funcional del paciente, permiten retrasar el avance de la enfermedad".

La actividad física regular, de acuerdo a lo indicado por los especialistas, tiene un claro beneficio en la salud y calidad de vida de las personas ante el Alzheimer.

Estudios científicos han observado que caminar 30 minutos o más, cuatro o cinco veces por semana, es un factor protector para el cerebro.

En tanto, que el ejercicio mental es fundamental para conservar un cerebro saludable y algunas formas de lograrlo es mantenerse activo intelectualmente, llevar una vida social activa y dedicarle tiempo a actividades recreativas placenteras.

La OMS alertó que la enfermedad de Alzheimer es uno de los problemas de salud pública más relevantes de este siglo y en menos de 20 años, consideró podrá ascender a 65.7 millones de afectados.

Facundo Manes, director del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, sostuvo que "el efecto de esta epidemia se sentirá particularmente en los países de bajos y medianos ingresos, que son los menos preparados para afrontar este reto".

Por eso, Manes señaló que esa situación "representa un desafío y una oportunidad sin precedentes, para quienes trabajamos desde la ciencia y para la comunidad, en la atención del Alzheimer".

Hasta ahora la ciencia no logró identificar la causa de Alzheimer y hoy en día los tratamientos apuntan a lograr una mejor calidad de vida para el paciente y su familia, por eso es fundamental encararlo con un tratamiento interdisciplinario.

La enfermedad, normalmente, se manifiesta después de los 60 años y el riesgo de desarrollarla aumenta con la edad, aunque algunas personas más jóvenes pueden presentar signos de esta patología.

Aproximadamente, el 5 por ciento de hombres y mujeres entre los 65 y los 74 años desarrollan Alzheimer, mientras que entre los que tienen más de 85, el porcentaje alcanza al 50 por ciento.

Frente a eso, es importante considerar que la enfermedad de Alzheimer no es parte del envejecimiento normal y prestar atención a síntomas que ameritan el realizar una consulta médica.

Las personas que se encuentran en la etapa inicial de la enfermedad pueden experimentar problemas de memoria y tener dificultades para encontrar las palabras adecuadas.

Pero a medida que la enfermedad progresa pueden volverse confusos y olvidar con frecuencia hechos recientes, experimentar cambios de humor, como sentirse tristes, enojados, asustados y hasta frustrados por el aumento de la pérdida de su memoria.

Fuente: Telam