Aunque sólo en uno de los últimos casos se constató de la presencia de un artefacto explosivo, las amenazas de bomba que se vienen registrando en diferentes lugares de Rosario mantienen en alerta a la ciudad y preocupan a las autoridades, que no descartan un mensaje político tras la crisis en el Ministerio de Seguridad provincial.

Así lo analizó en diálogo con El Tres el secretario de Seguridad Pública de Santa Fe, Marcos Escajadillo, al ser consultado sobre la causa que podría movilizar esta sucesión de llamados anónimos a distintos establecimientos, tanto públicos como privados.

“No se descarta”, respondió el funcionario ante la consulta del periodista Sergio Roulier ( De 12 a 14) sobre si el gobierno ve un móvil mafioso que busca sembrar miedo y desestabilizar así el trabajo de la cartera santafesina, ahora en manos de Raúl Lamberto tras la renuncia de Leandro Corti.

Sin embargo, buscó transmitir calma ya que “no es la primera vez” que se desencadenan amenazas de este tipo, y sugirió a la población que “ante estas situaciones, donde alguien busca alterar la conducta de la gente, lo mejor es manejarse de manera tranquila” y llamar al servicio de emergencias 911.

Escajadillo dijo que “se puso en alerta a todas las unidades regionales –de la policía provincial– para trabajar en tareas de prevención”, ya que “no se descarta ninguna hipótesis” en la investigación, que según su mirada “está bien encaminada y en los próximos días permitiría tener resultados de quiénes fueron los autores”.

Avanzan con filmaciones

En tanto, el periodista Héctor López informó al mediodía que las cámaras de seguridad del banco Macro de Ovidio Lagos y Saavedra, donde el martes a las 5.55 de la mañana dejaron un artefacto explosivo –el resto de los casos fueron falsa alarma–, permitieron detectar el momento en que actuó al menos una persona.

Sin embargo, por ahora se complica la identificación del joven, que tendría entre 20 y 30 años, ya que llevaba una gorra y una bufanda que en las imágenes le cubren parte del rostro.

Sólo se lo pudo describir como un hombre de contextura delgada, 1,80 metro de altura aproximada y vestido con ropa de jean. Se lo ve colocar un paquete que luego la policía determinó que se trataba de un explosivo, aunque no por eso se lo apunta como el fabricante de la bomba.

En la filmación del banco no se logra divisar tampoco de qué manera llegó ni cómo se retiró el delincuente, por lo que la investigación comenzó a analizar también los videos captados por cámaras de otros locales de la cuadra en busca de identificar al menos algún vehículo.