"Los adultos mayores que no cuentan con antecedentes de demencia podrían verse beneficiados por el consumo regular moderado de alcohol, es decir entre una y dos medidas diarias, si pensamos en la posibilidad de prevenir el desarrollo del Alzheimer, la causa más frecuente de demencia, así como también de otros tipo de declives cognitivos".
Ésta es la principal conclusión a la que arribaron los profesionales del departamento de Medicina Interna de la sección de Gerontología y Medicina Geriátrica de la Facultad de Medicina de la Universidad Wake Forest de Winston-Salem, Carolina del Norte, Estados Unidos, quienes observaron -en 3.069 adultos mayores- que beber en el rango moderado está relacionado con una reducción cercana al cuarenta por ciento en el riesgo de demencia, en comparación con los no bebedores.
Sin embargo, los investigadores remarcaron que las personas que sí tienen antecedentes -aunque no sean estrictamente de Alzheimer, sino también de otros problemas relacionados con la salud cerebral- no sólo no parecieron beneficiarse del consumo de alcohol en forma alguna, sino que además podrían enfrentarse a riesgos de demencia significativamente mayores.
"Encontramos que entre las personas cognitivamente aptas, el riesgo más bajo de demencia fue para los que bebieron en promedio entre una y dos medidas alcohólicas diarias. Pero en el caso de los que comenzaron el análisis padeciendo problemas de esta índole, aunque fueran leves, el alcohol no fue válido como protector", afirmó la doctora Kaycee M. Sink, profesora de la mencionada institución y líder del ensayo, quien será la encargada de presentar los resultados a sus colegas durante la próxima reunión de la Alzheimer´s Association a realizarse en Viena.
Esta conclusión está en consonancia con un estudio realizado anteriormente en el Centro para la Investigación sobre el Envejecimiento del Instituto Karolinska de Estocolmo, Suecia, en el cual, tal como consta en el British Medical Journal, se estableció que beber alcohol, incluso con poca frecuencia, podría incrementar el riesgo de demencia si se pertenece al 20 por ciento de las personas que poseen un gen que asociado al Alzheimer, llamado "alelo de la apolipoproteína e4" (apoE4).
Este gen que es muy frecuente (detectable en el 20 al 25 por ciento de las personas) no sólo puede ser muy perjudicial en relación con las bebidas alcohólicas, sino que además en general es considerado un factor de riesgo de Alzheimer.
Cabe destacar que para el estudio encabezado por la doctora Sink se tuvieron en cuenta otras cuestiones como la presencia de síntomas de depresión, el nivel de actividad y salud cognitiva.
"Partiendo de la investigación no podemos recomendar que los adultos mayores que no beben comiencen a hacerlo, pero es justo decir que si una persona ya es consumidora habitual y moderada de alcohol podría reducir el riesgo de desarrollar Alzheimer y otro tipo de demencias. Esto sin dejar de mencionar que en los casos que ya existen problemas de memoria o de pensamiento, la ingesta podría acelerar el declive de la memoria", concluyó la especialista.
"La actitud positiva de un médico hacia el Alzheimer es un factor importante en el diagnóstico temprano de la enfermedad. Esto es fundamental porque conocer su situación precozmente le permite a los pacientes planificar su atención con perspectiva futura", aseguró la investigadora australiana Nérida Paterson en un estudio cuyas conclusiones también serán presentadas en Viena.
En su abordaje, el equipo de la médica estableció que la actitud positiva de un profesional respecto de la identificación y el tratamiento de la demencia es el factor más importante para un diagnóstico temprano del Alzheimer.
En la opinión del doctor Carlos Mangone, jefe de Neurología y Centro de Memoria del Hospital Santojanni esto es así: "El diagnóstico precoz es fundamental, porque le ofrece al médico muchas más posibilidades para enfrentar la afección. Por eso, los especialistas recomendamos efectuar la consulta ante la presencia de determinados signos como por ejemplo la repetición de palabras o conceptos, la dificultad para realizar tareas habituales o encontrar palabras adecuadas en una conversación y la aparición de olvidos, problemas para concentrarse, fallas de atención, cambios en la conducta o síntomas de depresión".
Asimismo, el doctor Osvaldo Genovese, médico neurólogo, titular de Deterioro Cognitivo del Servicio de Neurología del Hospital Ramos Mejía, subrayó: "Si bien las funciones perdidas no se recuperan, a través del tratamiento se intenta retrasar el daño posterior y que el paciente conserve la independencia el mayor tiempo posible. La medicina tiene mucho que ofrecer a quienes padecen este problema".
Fuente: Pro Salud News
Ésta es la principal conclusión a la que arribaron los profesionales del departamento de Medicina Interna de la sección de Gerontología y Medicina Geriátrica de la Facultad de Medicina de la Universidad Wake Forest de Winston-Salem, Carolina del Norte, Estados Unidos, quienes observaron -en 3.069 adultos mayores- que beber en el rango moderado está relacionado con una reducción cercana al cuarenta por ciento en el riesgo de demencia, en comparación con los no bebedores.
Sin embargo, los investigadores remarcaron que las personas que sí tienen antecedentes -aunque no sean estrictamente de Alzheimer, sino también de otros problemas relacionados con la salud cerebral- no sólo no parecieron beneficiarse del consumo de alcohol en forma alguna, sino que además podrían enfrentarse a riesgos de demencia significativamente mayores.
"Encontramos que entre las personas cognitivamente aptas, el riesgo más bajo de demencia fue para los que bebieron en promedio entre una y dos medidas alcohólicas diarias. Pero en el caso de los que comenzaron el análisis padeciendo problemas de esta índole, aunque fueran leves, el alcohol no fue válido como protector", afirmó la doctora Kaycee M. Sink, profesora de la mencionada institución y líder del ensayo, quien será la encargada de presentar los resultados a sus colegas durante la próxima reunión de la Alzheimer´s Association a realizarse en Viena.
Esta conclusión está en consonancia con un estudio realizado anteriormente en el Centro para la Investigación sobre el Envejecimiento del Instituto Karolinska de Estocolmo, Suecia, en el cual, tal como consta en el British Medical Journal, se estableció que beber alcohol, incluso con poca frecuencia, podría incrementar el riesgo de demencia si se pertenece al 20 por ciento de las personas que poseen un gen que asociado al Alzheimer, llamado "alelo de la apolipoproteína e4" (apoE4).
Este gen que es muy frecuente (detectable en el 20 al 25 por ciento de las personas) no sólo puede ser muy perjudicial en relación con las bebidas alcohólicas, sino que además en general es considerado un factor de riesgo de Alzheimer.
Cabe destacar que para el estudio encabezado por la doctora Sink se tuvieron en cuenta otras cuestiones como la presencia de síntomas de depresión, el nivel de actividad y salud cognitiva.
"Partiendo de la investigación no podemos recomendar que los adultos mayores que no beben comiencen a hacerlo, pero es justo decir que si una persona ya es consumidora habitual y moderada de alcohol podría reducir el riesgo de desarrollar Alzheimer y otro tipo de demencias. Esto sin dejar de mencionar que en los casos que ya existen problemas de memoria o de pensamiento, la ingesta podría acelerar el declive de la memoria", concluyó la especialista.
"La actitud positiva de un médico hacia el Alzheimer es un factor importante en el diagnóstico temprano de la enfermedad. Esto es fundamental porque conocer su situación precozmente le permite a los pacientes planificar su atención con perspectiva futura", aseguró la investigadora australiana Nérida Paterson en un estudio cuyas conclusiones también serán presentadas en Viena.
En su abordaje, el equipo de la médica estableció que la actitud positiva de un profesional respecto de la identificación y el tratamiento de la demencia es el factor más importante para un diagnóstico temprano del Alzheimer.
En la opinión del doctor Carlos Mangone, jefe de Neurología y Centro de Memoria del Hospital Santojanni esto es así: "El diagnóstico precoz es fundamental, porque le ofrece al médico muchas más posibilidades para enfrentar la afección. Por eso, los especialistas recomendamos efectuar la consulta ante la presencia de determinados signos como por ejemplo la repetición de palabras o conceptos, la dificultad para realizar tareas habituales o encontrar palabras adecuadas en una conversación y la aparición de olvidos, problemas para concentrarse, fallas de atención, cambios en la conducta o síntomas de depresión".
Asimismo, el doctor Osvaldo Genovese, médico neurólogo, titular de Deterioro Cognitivo del Servicio de Neurología del Hospital Ramos Mejía, subrayó: "Si bien las funciones perdidas no se recuperan, a través del tratamiento se intenta retrasar el daño posterior y que el paciente conserve la independencia el mayor tiempo posible. La medicina tiene mucho que ofrecer a quienes padecen este problema".
Fuente: Pro Salud News


