Dos viejos conocidos

Fuerte abrazo se dieron momentos antes del pitazo inicial el ayudante de campo de Cuffaro Russo, José Chamot, y el capitán de Estudiantes, Juan Sebastián Verón. Es que guardan una muy buena relación desde los tiempos en los que compartieron la selección nacional. Ambos vistieron la camiseta albiceleste en los mundiales de Francia 1998, con Daniel Passarella, y en Corea-Japón 2002 con la conducción de Marcelo Bielsa. Cruzaron sonrisas y se desearon buena suerte, como dos buenos compinches.

Amores perros

Curiosa situación se presentó apenas segundos después del segundo gol de Central, cuando faltaba poco para el final del primer tiempo. Cuando los futbolistas de Estudiantes se aprestaban a mover del medio, un simpático perrito ingresó al terreno de juego y demoró la puesta en marcha del juego. En su carrera por el césped el can le hice fiesta a Jonatan Gómez, pero eligió a una de las figuras de la cancha: Mario Paglialunga. El volante, muerto de risa, esperó pacientemente el ingreso de un auxiliar que se lo llevó afuera. ¿Habrá sido el perro un fana canalla y entró para hacer tiempo?

Silbidos al Colo

Era previsible que una figura tan ligada a Newell´s Old Boys fuera recibida como fue recibida Germán Ré: con silbidos. Es que el Colorado se formó en la cantera de Bella Vista y defendió la casaca rojinegra hasta principios de este año, cuando se marchó al León platense. Si bien ingresó como suplente y apareció en el terreno en el complemento, los hinchas auriazules lo histigaron con silbidos cada vez que tocó la pelota. Para remarcar: el comportamiento de Ré fue el de un señor, nunca respondió y jugó como un verdadero profesional.

Una fiesta descomunal

Una nueva demostración de militancia dio el público canalla. En un día laborable, la hinchada le puso un marco impresionante al partido adelantado de la fecha 18, en la que Central se jugaba puntos gordos en la lucha por la permanencia. Un estupendo recibimiento, con globos tubulares azules y amarillos, una invasión de trapos y el inagotable aliento le pusieron calor y color a una tarde-noche que empezó como una fiesta y terminó… de la misma manera.