Afecto y rivalidad
El trascendental encuentro entre Central y River generó varias situaciones para destacar. Una de ellas fue el cálido saludo que protagonizaron Juan Antonio Pizzi y Matías Almeyda, entrenadores de ambos equipos, minutos antes del pitazo inicial de Delfino. Cabe mencionar que el actual DT canalla supo vestir la casaca riverplatense, aunque no fue compañero del Pelado.
Además, el equipo auriazul contó con dos ex futbolistas de la Banda. Ellos son Paulo Ferrari (se abrazó con varios de sus ex compañeros) y Jesús Méndez, que surgió de las inferiores del club de Núñez. Como contrapartida, el volante millonario Leonardo Ponzio, que comenzó su carrera futbolística en Newell’s, fue abucheado cada vez que entró en contacto con el balón.
El que no tuvo acción en el juego fue el lateral Luciano Abecasis, ex defensor canalla que estuvo en el banco de suplentes visitante.

Dos que lo miraron de afuera
Juan Antonio Pizzi dispuso que veinte futbolistas canallas concentren en Granadero Baigorria, esperando el choque con River. Por consiguiente, dos de ellos quedaron desafectados del duelo ante el conjunto de Almeyda.
Los futbolistas en cuestión fueron Rafael Delgado y Maximiliano Lombardi, que no fueron titulares ni estuvieron entre los relevos canallas.

Apoyo riverplatense
El arribo del equipo de Núñez a nuestra ciudad generó una gran expectativa, teniendo en cuenta la gran relevancia del pleito ante la Academia. Pero los hinchas de River que viven en Rosario y ciudades aledañas no pudieron concurrir al estadio, ya que las 3.400 entradas que tuvo el equipo visitante se distribuyeron en Buenos Aires, de manera misteriosa.
Sin embargo, unos quinientos simpatizantes de la Banda recibieron a la delegación riverplatense en un hotel céntrico de la ciudad, este viernes por la tarde. Y durante la madrugada, varios fanáticos de Central fueron detenidos por arrojar bombas de estruendo cerca de la concentración del equipo de Almeyda.
Ya en el día del partido, dos colectivos y una combi con hinchas de River tuvieron que retornar a Buenos Aires, ya que no sus ocupantes no tenían entradas para ingresar al Gigante.

Un marco extraordinario
El apoyo al conjunto de Pizzi ya es un denominador común en el Gigante, pero este cotejo con otro de los aspirantes al ascenso generó una mayor expectativa. Tan es así que las entradas para el pleito fueron destinadas solo para socios, e incluso hubo asociados que no pudieron conseguir el tan preciado ticket.
La hinchada auriazul recepcionó al equipo en forma conmovedora, alentó durante el juego y vivió el discreto encuentro de una manera tensa. La nota repudiable fue el intercambio de piedras con la parcialidad visitante, durante el entretiempo.
El empate final no fue visto con malos ojos por los hinchas canallas, ya que la igualdad de Instituto le permitió a la Academia seguir como único líder del campeonato.