A las 9:11 de este miércoles se vendió la primera entrada para el partido que Argentina y Brasil jugarán el sábado en el estadio de Rosario Central. Raúl fue el afortunado que, tras una larga espera fuera del Gigante, logró conseguir dos tickets que le costaron 100 pesos cada uno. Poco después de las diez y media esa clase de tickets, los más baratos disponibles en las boleterías, ya se habían agotado.

Cerca de siete mil personas estaban desde temprano concentradas en las inmediaciones del club de Arroyito a la espera de la venta de plateas. La angustia de muchos estaba vinculada a un rumor que se confirmó temprano esta mañana: no serán 12 mil los tickets disponibles sino que solo se entregarían 5 mil plateas a partir de las 9, cuando abran las boleterías. Con respecto a las populares, se venderán el viernes 8 mil en Arroyito y otras 8 mil en Newell´s.

"El momento más crítico será una vez que se agoten las entradas", admitió el jefe de policía de Rosario, Osvaldo Toledo, quien detalló en diálogo con Radio 2 que en un primer momento se iban a entregar solo 4 mil plateas pero luego se extendió el número a mil tickets más: en total 5 mil plateas. De todos modos, son muchas menos que las 12 mil que supuestamente iban a salir a la venta. Según trascendidos, la disminución de tickets respondería al pedido de plateas del DT Diego Maradona y sus jugadores, además de compromisos asumidos por la AFA con sus sponsors.

El comisario Toledo indicó que la misma policía había solicitado que se analizara la opción de vender este miércoles algunas populares cuando se termine la venta de plateas para calmar los ánimos de la gente que había hecho cola durante mucho tiempo y se iba a ir con las manos vacías. "Las populares están acá, ¿por qué esperar al viernes?", se preguntó.

Toledo detalló que fue la policía la que "salió a dar la cara" luego de que se conociera la reducción en el número de tickets a la venta porque "no ha aparecido otra autoridad que tenga que ver con la AFA, que es la que regula y dispone cantidad de entradas a la venta". Aclaró que, "si bien la policía tiene la obligación de velar por la seguridad, está totalmente ajena a la disposición" que indica cuántas entradas saldrán a la venta.

Por otra parte, el comisario aseguró que a pedido suyo representantes de Asuntos Internos se hicieron presentes en el Gigante "para que no haya duda respecto de la intervencion policial".

En tanto, en la cancha rojinegra, unas cinco cuadras estaban copadas de cientos de personas que esperan que recién el viernes se expendan unas 8.500 populares. Con una fuerte presencia policial, la gente empezaba a correr sus carpas unos 100 metros para atrás, tal cual exigieron los uniformados. Ni la lluvia, ni el frío eran impedimento y entre mates, café y galletitas, los fanáticos soñaban con tener la entrada en la mano.