Argentina se convertirá este año en el mayor exportador de vino a Brasil, relegando a Chile en las exportaciones al mercado carioca. Es que hasta los especialistas argentinos y brasileños coincidieron en que con el crecimiento de las exportaciones a un ritmo anual de entre el 25 y el 30 por ciento superarán a los 12,9 puntos porcentuales de las exportaciones chilenas.

 

El futuro de las exportaciones argentinas en esta área puede estar signado por dos mercados tan disímiles como particulares, Brasil y China, coincidieron especialistas nacionales e internacionales reunidos esta semana en Mendoza.

 

"No tenemos cultura diaria de consumo de vino sino sólo en celebraciones; eso explica que se limite a sólo dos litros anuales per cápita, contra 54 litros de cerveza y 10 de aguardiente de caña, reducido a una elite intelectual con gran poder adquisitivo, mientras casi 120 millones de brasileños nunca lo probaron", señaló el especialista brasileño Carlos Cabral de Melo.

 

En ese contexto " la Argentina tiene numerosas ventajas", como la pertenencia común al Mercosur y la proximidad geográfica, expresó Cabral de Melo, quien pronosticó que después de muchos años, en 2006 "los vinos argentinos superarán a los chilenos" en el mercado de Brasil.

 

Sin embargo, la industria vitivinícola argentina "debe invertir en promoción y centrarse en vinos jóvenes, no agresivos, ubicados en la franja de entre 10 y 20 reales", aseguró en una charla con un reducido grupo de periodistas antes de exponer en la segunda edición del Foro Internacional Vitivinícola organizado por Bodegas de Argentina bajo el lema "El negocio mundial del vino en el 2015", que se realizó en Mendoza.

 

"El desafío es hacerles consumir más vino y para eso es necesario modificar sus hábitos de consumo", aseguró Juan Carlos Pina, de Bodegas de Argentina.

 

Para Pina, Brasil es, por su ubicación geográfica, un buen mercado para los vinos argentinos de precios intermedios, que ya lograron sustituir importaciones de vinos europeos de no muy buena relación precio-calidad.

 

"La relación con Brasil debe ser respetuosa y tener cuidado de no causar daño a sus productores, pues necesitamos crecer juntos", advirtió el directivo de la entidad que agrupa a unas 200 bodegas argentinas.

 

De acuerdo con un trabajo del Instituto Brasileiro do Vino (Instituto Brasileño del Vino), el consumo en Brasil trepará desde los actuales dos litros per cápita hasta unos nueve litros en 2025.

 

Ese incremento no podrá ser satisfecho por la producción local, limitada a unos 200 millones de litros anuales aunque en crecimiento a partir de la incorporación de nuevas regiones como el noreste o el corrimiento de la producción ganadera en el sur del país.

 

En tanto, China, con un potencial mercado de 1.300 millones de habitantes y un crecimiento exponencial del consumo de vino desde los años 90, puede transformar radicalmente el mercado mundial vitivinícola.

 

"Además del crecimiento de nuevas variedades, de los vinos orgánicos y con denominación de origen, hay que estar atentos al surgimiento de nuevos mercados como China, que pasó de cuatro millones de cajas en 1990 a casi 140 millones en 2004", manifestó el consultor y bodeguero chileno Aurelio Montes ante los 800 profesionales, bodegueros, pequeños y grandes empresarios, proveedores y académicos relacionados con el vino que participaron de esta segunda edición del foro.

 

A partir del levantamiento de algunas barreras arancelarias a raíz del ingreso a la Organización Mundial de Comercio (OMC), las góndolas de China, un país con hábitos vitivinícolas casi nulos (en 1997 ocupaba el puesto 61 del mundo en consumo por habitante), pasaron a ser uno de los grandes atractivos para los exportadores del sector.

 

Pese a la ventaja que le llevan importantes productores y exportadores como Francia, Italia, Australia, Chile y Estados Unidos, la Argentina está a tiempo de insertarse en ese particular mercado, coincidieron los analistas.

 

No obstante, advirtieron sobre el fuerte incremento de la producción vitivinícola china, que pasó de 300 millones de litros anuales a mediados de la década pasada a casi 600 millones en 2000.

 

"Hay que leer el mercado y saber posicionarse", concluyó Pina, quien estimó que de esa forma es posible que las exportaciones argentinas sigan creciendo a un ritmo de 26 por ciento anual, como en los últimos años.

 

Según destacó el gobernador mendocino, Julio Cobos, en la apertura del encuentro, las exportaciones de la Argentina , que ocupa el undécimo lugar en el mundo, pasarán de 410 millones de dólares en 2005 a unos 500 millones previstos para este año.