Pablo Montenegro

La selección argentina arrancó con el pie derecho su camino en el Mundial de Brasil 2014. En el partido que marcó su debut en el grupo F, la selección de Sabella se impuso por 2 a 1 a Bosnia y sumó tres puntos muy importantes, sobre todo teniendo en cuenta el trámite complicado que le deparó este compromiso con los europeos.

Le costó el inicio al elenco albiceleste. Pese a ponerse en ventaja a los dos minutos de partido gracias al gol en contra de Kolasinac, que no pudo sacar la pierna luego de que Rojo peinara un centro que cayó desde la izquierda, Argentina sufrió la falta de tenencia en el primer acto y no pudo llegar claramente al arco rival. Las líneas se exhibieron desconectadas y las individualidades brillaron por su ausencia.



Seguramente, el esquema elegido por el DT provocó que la selección se encontrara incómoda, con cinco defensores como Zabaleta, Campagnaro, Fernández, Garay y Rojo para un solo delantero de punta (Dzeko) y con falta de volumen para asistir a Messi y Agüero, aislados del circuito de juego. Si bien Bosnia tampoco inquietó demasiado, Argentina no se pareció ni cerca a su mejor versión.

En el complemento, Sabella se dio cuenta de su error y puso a Gago por Maxi Rodríguez y a Higuaín por Campagnaro, quedando con un 4-3-3 que sí le permitió al elenco nacional desplegar su potencial. De hecho, tras una buena combinación encabezada por Messi, a los 20 minutos fue el propio Pulga el que marcó el segundo con una enorme definición.



El paso del tiempo desnudó la impotencia de Bosnia, pero lentamente los volantes argentinos se fueron cansando y le dejaron el terreno al rival. Que a falta de pocos minutos se puso a tiro del empate por Ibisevic. Con ese descuento, el nerviosismo se apoderó de los hinchas argentinos en el Maracaná, pero Bosnia nunca encontró una fórmula que pusiera en aprietos la seguridad de Romero y el juego se acabó 2 a 1.



El equipo de Sabella tendrá mucho para mejorar, sobre todo lo hecho en un primer acto en el que el libreto no pareció el más apropiado. El sábado que viene lo espera Irán, en una segunda fecha en la que Argentina buscará sumar otros tres puntos que lo dejen a tiro de la clasificación. Por lo pronto, aunque con menos luces que las esperadas, hizo lo que debía para empezar pisando firme: ganar.