En Argentina mueren 44 madres por cada 100 mil partos. Según el objetivo planteado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para 2015, la cifra debería bajar a 13.

A cinco años de la meta, los especialistas aseguran que el mejor número que se podría conseguir en 2015 sería una tasa de 38, es decir, casi el triple del planteo de la ONU.

En el año 2000, la Argentina fue uno de los 189 países que firmaron los ODM para mejorar sus índices en las áreas de salud, educación y pobreza.

Las estadísticas sobre mortalidad materna comprenden los casos de muerte de una mujer durante el embarazo, parto o puerperio. El compromiso de los adherentes al acuerdo es acotar los riesgos para limitarlas a aquellos casos que no puedan prevenirse.

Con la caída de la convertibilidad, entre 2001 y 2002, la tasa de mortalidad materna local llegó a 46 mujeres por cada 100 mil nacidos. Hacia 2004 el país consiguió bajar la cifra a 40 y se propuso llegar a 37 en un plazo de tres años, según el método de progreso del acuerdo. Sin embargo, la Dirección de Estadísticas e Información del Ministerio de Salud admitió que la tasa de 2007 fue de 44 y ésa es la última cifra oficial a la que se tiene acceso –por inconvenientes en las bases de datos de algunas provincias. Equivale a decir que en 2007 hubo 306 muertes maternas.

“El estancamiento es un fracaso”, reconoció ante el diario Crítica de la Argentina el ex ministro de Salud kirchnerista Ginés González García. “La mortalidad materna es el indicador más estancado de las 15 metas del milenio. Las estrategias no han sido suficientes. Durante mi gestión le dimos un especial énfasis pero no logramos mejorarla sustancialmente. Si el programa de salud reproductiva hubiera tenido continuidad y mayor inserción, tal vez no se habría retrocedido tanto”, analizó.

Un informe del Foro de Investigación en Salud de la Argentina (FISA), integrado por el Estado, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Academia Nacional de Medicina, reveló que con la tendencia actual “sólo se alcanzaría un valor de 38 por 100 mil nacidos” para 2015. Eso supone 260 muertes por año, en lugar de las 87 que tolera el convenio como techo. “Es seguro que no vamos a llegar a la cifra de los Objetivos del Milenio pero no hay que resignarse y hay que seguir trabajando”, opinó González García.

La investigación de FISA subrayó que los factores determinantes de las muertes maternas son la desigualdad de género, el desconocimiento y la violación de los derechos sexuales y reproductivos, la marginalidad social y la pobreza.

El ginecólogo Mario Sebastiani, del Servicio de Obstetricia y del Comité de Bioética del Hospital Italiano, tiene a mano una explicación contundente: “No hubo ningún cambio en las cifras de mortalidad materna porque no se modificó ninguno de los escenarios capaces de mejorarla”, opinó. Para el especialista, la falta de políticas en este aspecto se evidencia en los centros de atención sanitaria: “La salud reproductiva es salud pública, no es religión ni sociedad.

Un gran porcentaje de los partos se concretan en instituciones que no están preparadas por su falta de bancos de sangre, anestesia y médicos de guardia entrenados. En este aspecto, Chile y Uruguay están muchísimo mejor que nosotros”, precisó.

El punto que subraya Sebastiani tiene que ver con que, además de los embarazos que terminan en aborto –deseado o involuntario–, hay otras razones obstétricas que desencadenan una muerte materna, como la hipertensión, la hemorragia o una sepsis, y esas causas a veces son evitables.

La legisladora porteña Diana Maffía (CC), presidenta de la Comisión Especial de Igualdad Real de Oportunidades y de Trato entre Mujeres y Varones, advirtió que hay un factor que complica la implementación de políticas de salud: “No es un tema religioso sino económico. La escasez de estas políticas tiene como contraparte un ingreso privado considerable en la práctica profesional. Por eso hay profesionales que se manifiestan en contra de estas medidas”. Maffía, en sintonía con Sebastiani, señala un problema de base: “Hay una salud para ricos y una para pobres. Para partos de alta complejidad se requiere una atención y un lugar en condiciones. Pero eso no se consigue tan fácil”.

El último registro que detalla la situación del interior del país corresponde a 2007 y estuvo a cargo de la Dirección de Estadística del Ministerio de Salud de la Nación. Formosa, La Rioja y La Pampa son las tres jurisdicciones con mayor tasa de mortalidad materna por cada cien mil nacidos –133, 130 y 112, respectivamente–. Las tasas por provincia se calculan según los habitantes de cada zona. Por eso no siempre aquellos lugares con tasas más altas son los que albergan la mayor cantidad de fallecidas. Sin embargo, la provincia donde más muertes maternas se registraron durante 2007 fue la de Buenos Aires, donde hubo 97. La cifra de 2007 en la zona bonaerense apenas mejoró la del año anterior, que estaba en 99, y era notablemente peor que la de 2005: 71. En cambio, la cantidad de muertes en las provincias que registraron sus tasas más altas fue de 15 en Formosa, 8 en La Rioja y 6 en La Pampa. En la ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, el número de muertes maternas en 2007 fue de 14, lo que representa una tasa de 33 muertes cada 100.000 nacidos.

Guillermo González Prieto, subsecretario de Salud Comunitaria del Ministerio de Salud de la Nación, reconoció que ya no es posible que la Argentina llegue a las cifras de mortalidad materna pautadas por los Objetivos del Milenio. Pero aseguró que su cartera, comandada por Juan Luis Manzur, se propuso, para el año 2011, reducir un tercio de la cifra actual, lo que sería llevarla a 33 muertes cada 100 mil nacidos, en lugar de 44.

Para explicar el estancamiento de la tasa, el funcionario destacó: “No se ha trabajado intensamente en cuatro puntos fundamentales: que haya bancos de sangre para curar las hemorragias, la detección temprana de las hipertensas, el tratamiento oportuno para las que tienen infección y la reducción de daños de aquellas que tuvieron un aborto. Además, el 60% de los embarazos de la población no son deseados”.

González Prieto aseguró que el Ministerio de Salud ya puso en marcha el Plan de Reducción de Mortalidad Materno Infantil. “Trabajamos provincia por provincia, dejamos un plan para llegar a cumplir con esa meta, y cada tanto viajamos para verificar que se están consiguiendo los objetivos”, precisó.

Fuente: Crítica de la Argentina