La Policía de Colorado, Estados Unidos, detuvo a un grupo de actores que participaba de una película de sangrientos crímenes pensando que las situaciones violentas eran reales y no ficticias. Los oficiales apuntaron sus rifles al actor Chris Borden, una de las estrellas de películas policiales de bajo costo, quien afirmó: "Me llevó un momento darme cuenta de que podría haber muerto por mi arte". Todo comenzó cuando el comisario del condado de Larimer recibió una llamada telefónica de un guardaparques reportando una situación violenta. Pero era el rodaje de la escena donde Borden apunta con su pistola a un hombre que trataba rescatar a una mujer que había raptado. Los policías le dijeron que no le dispararon poque habían visto a un camarógrafo, pero tanto Borden como Eileen Agosta, directora del film, enfrentan cargos de conducta deshonesta y deberán presentarse a la Corte en agosto. El actor afirmó que está considerando la idea de "pedir a todo el elenco que griten: «Hey, estamos rodando una película»".