Los participantes de la "Jirga de la paz" entre Pakistán y Afganistán preparan este sábado el borrador del documento final que ha de ser aprobado en la clausura de esta primera gran asamblea bilateral, en la que se espera mañana la presencia del presidente paquistaní, general Pervez Musharraf.
El portavoz de la asamblea, Asif Nang, dijo que los 650 delegados a la "jirga" continuaron hoy sus debates en cinco grupos de trabajo, que presentarán sus conclusiones a la asamblea al final del día.
Los grupos de trabajo se han concentrado en buscar soluciones a problemas que comparten Pakistán y Afganistán como la insurgencia transfronteriza o el tráfico de drogas, que se plasmarán en una declaración conjunta para su aprobación en la clausura.
La "jirga", a la que acuden políticos, clérigos y líderes tribales de los dos países, fue inaugurada el pasado jueves por el presidente afgano, Hamid Karzai, y el primer ministro paquistaní, Shaukat Aziz.
Musharraf no participó aduciendo "compromisos" en Islamabad, donde su Gabinete analizaba la posibilidad –ya descartada– de imponer el estado de excepción para responder, precisamente, a la inestabilidad en el cinturón tribal fronterizo con Afganistán y la ola de atentados de las últimas semanas.
El presidente paquistaní anunció anoche, sin embargo, que acudiría a la clausura de la "jirga" tras las peticiones para que lo hiciera que recibió de Karzai ayer mismo y el día anterior de la secretaria norteamericana de Estado, Condoleeza Rice, cuyo país es promotor de esta gran asamblea.
Según Nang, está previsto que Musharraf llegue mañana a Kabul para la clausura, en la que también participará Karzai.
Se esperan pocos resultados prácticos de esta gran "asamblea por la paz", que los talibanes "condenaron" como un instrumento para "legitimar la ocupación ilegal" de Afganistán y que también fue boicoteada por representantes clave del cinturón tribal paquistaní.
En la "jirga" han surgido llamamientos para la retirada de las tropas occidentales de Afganistán y su sustitución por otras de países islámicos, así como peticiones de negociación con los talibanes y los miembros de otro grupo armado opositor que encabeza el radical afgano Gulbudín Hekmatiar, integrante de Al Qaeda.
Asimismo, algunos delegados han reclamado a los Gobiernos de Kabul e Islamabad que otorguen auténtico poder a la "jirga" para que los líderes tribales pueden tomar medidas eficaces contra los extremistas en sus áreas de control.
Pakistán ha presentado un borrador de declaración en la "jirga" que propone la creación de un consejo tribal conjunto, compuesto por 50 miembros, y autorizado a "entablar negociaciones con la resistencia" para un alto el fuego que también deberían respetar las tropas de la Otan y de EE.UU. desplegadas en suelo afgano.
Según esa propuesta, filtrada a la prensa de Islamabad, el consejo estaría formado por líderes tribales, sin representación de los dos Gobiernos, y tendría capacidad para decidir sobre la presencia de las tropas extranjeras en Afganistán.
Fuente: EFE