El dengue es una enfermedad causada por un virus, transmitida de persona a persona a través de un mosquito, que es el vector de la enfermedad. En la mayoría de los casos, éste es el Aedes aegypti, mosquito de hábitos domiciliarios, por lo que la enfermedad es predominantemente urbana. El Aedes albopictus es un vector potencial ya que hasta la actualidad no se ha demostrado la transmisión del dengue por este mosquito en América.

El virus dengue pertenece al grupo arbovirus que son aquellos virus que se multiplican en un artrópodo hematófogo y posteriormente es transmitido por picadura a un vertebrado. Este grupo reúne virus morfológicamente heterogéneos que pertenecen a varias familias distintas.

El dengue se transmite a través de la picadura de la hembra del mosquito Aedes aegypti y de Aedes albopictus, que deben estar previamente infectados con el virus para transmitirla enfermedad. El ciclo comienza cuando una persona infectada por el virus dengue, en período de viremia, es picada por un mosquito. Los enfermos pueden infectar a los mosquitos desde días antes de la aparición de los síntomas hasta 5-6 días después del comienzo de los mismos.

Luego del período de incubación, que es de entre 8 a 12 días, el mosquito será capaz de infectar a un individuo susceptible, y permanecerá infectante el resto de su vida. La enfermedad no se transmite de persona a persona, ni a través de objetos.

Luego de un período de incubación que puede ir entre 5 a 7 días (se han observado casos con período de incubación de 3 hasta 14 días), podrán aparecer las manifestaciones clínicas. Sin embargo, existe una alta proporción de personas que se infectan y serán asintomáticas. Entre los casos sintomáticos, el cuadro más común es el dengue clásico que se caracteriza por cuadro febril agudo, de duración limitada (2 a 7 días), con intenso malestar general (cefalea, dolor retroorbitario, mialgias y artralgias), a veces acompañado de una erupción rojiza distribuida en forma de parches en brazos y piernas. Es frecuente la presencia de leucopenia con linfocitosis relativa, con menor frecuencia se observa trombocitopenia e incremento de transaminasas.

Una tercera parte de los pacientes, puede desarrollar manifestaciones hemorrágicas leves tales como petequias, púrpuras o equimosis, sangrado de encías, sangrado nasal o gastrointestinal, sin que ello indique que se trata de un dengue hemorrágico.

El dengue clásico en general es un proceso autolimitado y de evolución benigna. El tratamiento es de tipo sintomático y el paciente mejora completamente al cabo de aproximadamente 7 días.

El dengue hemorrágico y el choque por dengue, pueden ser producidos por cualquiera de los tipos virales, pero se producen con más frecuencia cuando una persona que padeció dengue por un serotipo (infección primaria), se infecta con un virus de dengue de un serotipo diferente (infección secundaria) al que ocasionó el primer cuadro. Sin embargo, los cuatro serotipos pueden causar dengue hemorrágico en la infección primaria.

Se debe sospechar de dengue hemorrágico en todo paciente con los siguientes cuatro criterios:
- fiebre o antecedente reciente de fiebre
- manifestación hemorrágica evidenciada por uno o más de los siguientes signos: prueba del torniquete positiva, petequias, equimosis o purpuras, hemorragia gingival o del tracto gastrointestinal, hematesis, melena.
- trombocitopenia: < de 100000 plaquetas/mm3
- extravasación de plasma por aumento de la permeabilidad capilar, manifestada al menos por uno de los siguientes: 20% aumento de hematocrito sobre los valores normales o disminución del 20% del hematocrito luego del tratamiento, y presencia de signos de pérdida de plasma (derrame pleural, ascitis y/o hipoproteinemia).

El tratamiento del dengue hemorrágico requiere internación del paciente. Se debe sospechar de síndrome de choque por dengue: en todo paciente con las manifestaciones de dengue hemorrágico acompañado de evidencia de insuficiencia circulatoria manifestada por: pulso rápido y débil, disminución de la presión del pulso, hipotensión arterial para la edad, extremidades frías y confusión mental.

La mayoría de los pacientes con dengue hemorrágico no entran en choque. La mortalidad en casos de choque por dengue no tratados puede llegar al 30-50%.

Se considera caso confirmado a todo paciente sospechoso que tenga un diagnóstico confirmatorio de dengue por laboratorio, o por nexo epidemiológico. La confirmación del diagnóstico de dengue se hace por alguna de las siguientes técnicas, dependiendo del momento entre el inicio de los síntomas y la toma de muestra.

Si la muestra es tomada dentro de los 5 días de iniciados los síntomas:
- Aislamiento del virus y/o detección del genoma viral por RT-PCR (reacción en cadena de la polimerasa) en muestras de sueros y/o tejidos.

Si la muestra es tomada más de 5 días después de iniciados los síntomas:
- Aumento de por lo menos 4 veces del título de anticuerpos IgG del virus dengue en muestras de suero obtenidas en la fase aguda y de convalecencia tomadas con un lapso de tiempo de 10 a 15 días, descartando reacciones cruzadas con otros virus de la familia Flaviviridae.
- Dentro de un contexto epidemiológico que lo justifique, una única muestra positiva para IgM puede confirmar un caso.

En el caso de dengue existe la posibilidad de considerar la confirmación de la sospecha diagnóstica por nexo epidemiológico: en un episodio de transmisión comprobada de dengue, luego de la confirmación por laboratorio de diagnóstico de dengue en los primeros casos, los siguientes casos se confirman por criterios clínico-epidemiológicos.

Si bien es necesario continuar realizando análisis serológicos y moleculares para verificar si existe introducción de otro serotipo, los estudios de laboratorio en una epidemia se centralizan hacia los casos graves, atípicos o hemorrágicos y para monitorear la expansión del brote hacia nuevas áreas.

Dra. Silvina Benetti – Bioquímica
Matrícula 1594
Biología Molecular, Laboratorio CIBIC