Desde que se descubrió que una pequeña dosis de aspirina reducía el riesgo de sufrir eventos cardiovasculares, gracias a que inhibe la agregación de plaquetas, pequeñas células que juegan un papel en la reparación de vasos sanguíneos, la famosa pastilla se convirtió en algo imprescindible entre las recomendaciones de los cardiólogos alrededor del mundo, según plantea el portal elespectador.com.

Sin embargo, y pese a los beneficios que ha demostrado este tratamiento farmacológico barato y efectivo, muchos médicos han cuestionado si es correcto el planteamiento actual: una misma dosis para prácticamente todos los pacientes. Hasta ahora la gran mayoría de estudios han comparado el consumo de aspirina frente a un placebo, pero se ha dejado de lado evaluar el efecto de diferentes dosis dependiendo del tipo de paciente.

Investigadores de la Universidad de Oxford y de la Universidad de Harvard trabajaron en equipo para entender mucho mejor el efecto de la aspirina en el tratamiento de pacientes con riesgo cardiovascular. En un artículo publicado este mes en la revista The Lancet, los científicos reportaron un hallazgo que debería llevar a pacientes y médicos a repensar el asunto. 

Según los resultados de su trabajo, las dosis bajas de aspirina (75-100 mg) solo fueron efectivas para prevenir eventos vasculares en pacientes que pesan menos de 70 kg, y no tuvieron ningún beneficio en el 80% de los hombres y casi el 50% de todas las mujeres que pesaban 70 kg o más. Por el contrario, afirmaron, las dosis más altas de aspirina solo fueron efectivas en pacientes que pesaban 70 kg o más. “Dado que los efectos de la aspirina en otros resultados, incluido el cáncer, también mostraron interacciones con el tamaño corporal, es poco probable que un enfoque de una dosis para todos sea óptimo, y se requiere una estrategia más adaptada”, anotaron.

El equipo internacional utilizó datos de pacientes individuales de ensayos clínicos previos para analizar la información teniendo en cuenta el peso, altura y otras medidas del tamaño corporal.

¿Cuál es la implicación de este trabajo? Que los pacientes que actualmente consumen aspirina dentro de su tratamiento farmacológico para prevenir infartos, deberían consultar con su médico la dosis adecuada. Según este grupo de investigadores, la dosis óptima de aspirina para prevenir los eventos cardiovasculares depende del peso corporal, impulsado más por la masa corporal magra y la altura que por el índice de masa corporal.

“Las reducciones sustanciales en los eventos cardiovasculares y la muerte en dosis óptimas para el peso resaltan el potencial para mejorar la efectividad y abogar por una estrategia de dosificación más adaptada”, concluyeron.