La policía india investiga la autoría de la cadena de explosiones en siete trenes de Bombay que ayer causaron casi 200 muertos, mientras las sospechas recaen sobre un grupo terrorista islámico que opera en la Cachemira paquistaní.

 

El gobierno indio aseguró tener "pistas" sobre la autoría de los atentados en la capital económica de la India , los más graves ocurridos en este país en una década, pero de momento no ha señalado a ningún grupo concreto ni ha arrestado a sospechosos.

 

Aunque ninguna organización se ha atribuido la masacre, fuentes policiales y de inteligencia indias sospechan de la implicación de Lashkar-e-Toiba (LeT), el más virulento de los grupos terroristas en activo en este país, que suele llevar a cabo ataques sincronizados y que en 2002 y 2003 ya golpeó en Bombay (oeste de la India ).

 

Según la policía, un total de 190 personas murieron y 625 resultaron heridas por la explosión de siete bombas casi simultáneas en vagones de primera clase de trenes suburbanos abarrotados de trabajadores que volvían a sus casas, en la hora punta de la tarde, al concluir su jornada laboral.

 

No hay noticias de ciudadanos extranjeros entre las víctimas y no se esperan sorpresas debido a que las bombas estallaron en trenes de cercanías que habitualmente no son frecuentados por turistas, según dijeron a fuentes diplomáticas en Nueva Delhi.

 

Los atentados en los trenes de Bombay han provocado una reacción de solidaridad por parte de todos los gobiernos del mundo y han llevado a reforzar la seguridad en áreas sensibles de la India , como aeropuertos, estaciones ferroviarias y metros.

 

La policía cree que los siete explosivos estaban compuestos de material RDX, el más usado por el LeT, y que fueron activados por temporizadores preparados para estallar alrededor de las 18.15 hora local (12.45 GMT).

 

"Los autores querían crear una atmósfera de terror y sabían que, si provocaban explosiones simultáneas en varias partes de la ciudad, lograrían su objetivo", dijeron hoy a la agencia PTI fuentes policiales, que sospechan que los artefactos fueron colocados en la estación Churchgate, de donde partieron los siete trenes atacados.

 

Los atentados fueron llevados a cabo con gran precisión y siguiendo una pauta que recuerda a los ataques del 11 de marzo de 2004 en Madrid y el 7 de julio de 2005 en Londres, aunque los medios indios no prestan prácticamente atención a ese detalle y se centran en la hipótesis de la conexión paquistaní.

 

El presidente de Pakistán, general Pervez Musharraf, fue uno de los primeros en condenar "con firmeza" este atentado, que calificó, al igual que el gobierno indio, como un "acto terrorista".

 

Desde Washington, donde está en visita oficial, el ministro paquistaní de Exteriores, Khurshid Kasuri, aseguró que la mejor manera de hacer frente al extremismo islámico e hindú es solucionar el conflicto de Cachemira, algo que hasta ahora no se ha logrado.

 

El Ejecutivo paquistaní prohibió en 2002 al grupo Lashkar-e- Toiba, que tiene su base desde hace una década en Cachemira y que considera a la India , Israel y EEUU como los mayores enemigos de Pakistán.

 

Ese grupo, cuyo nombre significa "Ejército de la Pureza ", ha negado ser responsable de los ataques, aunque fuentes policiales minimizan este extremo porque es su táctica habitual.

 

Mientras, la India sigue hoy en alerta y las autoridades han decidido reforzar la seguridad en todos los aeropuertos del país, si bien la normalidad ha vuelto paulatinamente a la ciudad de Bombay, cuyo nombre oficial es Mumbai.

 

Un día después, la mayor parte del servicio ferroviario se ha restablecido, las escuelas están abiertas y las oficinas funcionan como un día habitual, muestra de lo que las autoridades del estado de Maharashtra llaman "el espíritu de Bombay".

 

No hay que olvidar que la India , con 1.100 millones de habitantes, es un país golpeado por la violencia desde su nacimiento en 1947, tras la dolorosa Partición de Pakistán, y que ha sido testigo desde sangrientos enfrentamientos religiosos hasta la muerte de dos de sus ex primeros ministros, Indira Gandhi y su hijo Rajiv.

 

Fuente: EFE