El sociólogo y especialista en cuestiones sindicales, director del Instituto del Mundo del Trabajo e impulsor e integrante de Iniciativa Socialista, Julio Godio, estuvo en Rosario para presentar su libro titulado El tiempo de Kirchner, y habló con Rosario3.com sobre la problemática sindical que por estos días pone en jaque tanto al gobierno provincial como al municipal.

El pedido de los docentes provinciales y privados de un sueldo de 2.300 pesos, el reclamo de los docentes universitarios de un incremento del treinta por ciento, la iniciativa de aumento del veinte por ciento de los policías y los municipales y la exigencia de los taxistas de subir la tarifa, constituyen un panorama conflictivo, al que hay que sumar el aumento concedido a los choferes de colectivos y a los trabajadores de la administración general de la provincia, que dejan conformes a pocos.

Para el autor de El movimiento obrero latinoamericano y El movimiento obrero argentino, entre otras publicaciones, los argentinos “deben estar contentos porque en 2004 se reiniciaron las negociaciones tripartitas entre el Estado, el sindicato y el empresariado”, y auguró que “las negociaciones salariales se cerrarán a finales de marzo o principios de abril”. Según su postura, estos "tire y afloje" entre partes sólo pueden ser beneficiosas si “se canalizan los resultados de los distintos sindicatos y se vinculan al éxito de las empresas y si éstas logran tener la capacidad de incorporar a los empleados como “socios””.

Hasta cuándo y hasta cuánto

El sociólogo piensa que la contraoferta salarial del Estado debe ser de un promedio del quince por ciento. “Esa cifra es razonable y viable para la economía argentina”, explicó, pero remarcó: “Se trata de un promedio porque los docentes, por ejemplo, deberían recibir un incremento de un 25 por ciento en promedio, teniendo en cuenta las categorías”.

En cuanto a la desigualdad que existe entre lo que cobra un docente y un chofer en Rosario, por ejemplo, Godio señaló: “Se trata de un problema histórico argentino en todas la escala salarial” y advirtió: “Se necesitan mecanismos de igualdad desde abajo hacia arriba para impulsar el equilibrio y la racionalidad pero son los que ganan más quienes debe apoyar la lucha de los que menos reciben”

“Los sueldos pueden incrementarse un quince por ciento pero no podemos superar el diez por ciento de inflación. Y para ello, hay que hacer negociaciones duras con los empresarios y los sindicatos y preguntarles si de verdad no quieren que el país sufra una guerra civil”, dejó en claro.

Finalmente, consideró creíble dígito con el que el Indec midió el desempleo en el país y declaró: “El verdadero problema en Argentina es el cuarenta por ciento de trabajadores en negro” y agregó: “Un país donde hasta los propios empresarios están en negro no puede progresar”.