El 11 de enero de 2016 Martín Franco fue clave para detener a Christian Lanatta –su hermano Martín fue detenido dos días antes– y Víctor Schillaci, prófugos de la cárcel de General Alvear en Buenos Aires. Pero aún hoy, a casi dos años de los arrestos, no recibió los dos millones de pesos que el gobierno nacional había ofrecido como recompensa a quien aportara datos sobre el trío.

“(La recompensa) fue un verso, como decimos en el campo”, lanzó Franco en contacto con los periodistas Evelin Machain y Pablo Montenegro del programa Radiópolis (Radio 2).

Franco no sólo avisó a la policía de Cayastá que los prófugos podrían estar en la arrocera en la que él trabaja, sino que cuando llegó al lugar, cayó rehén de los fugados. En la comisaría le dijeron que se adelantara y que ellos irían luego. Lo encontraron a merced de Christian Lanatta y Víctor Schillaci.

Consultado sobre aquel episodio, Franco aseguró que no le hizo mella. Sí exige el pago de lo prometido. Hace un tiempo, escribió una carta de reclamo al gobierno nacional pero contó que no recibió respuesta alguna, ni siquiera una oferta de una recompensa menor.

Franco sueña con el dinero para aportar a su comunidad. Quiere arreglar la parroquia Natividad de la Virgen.