Una encuesta elaborada por el diario Clarín arrojó una triste noticia: la mayoría de los argentinos admitió no tener una vida sexual plena pero aseguró que le gustaría mejorar. Detrás de estos parámetros, el cansancio y el estrés que atentan contra la felicidad y el placer.

A cargo del estudio estuvo la consultora D´Alessio Irol, que señaló que el 56% de los consultados está tibiamente conforme con su vida sexual. Otro 18% contestó que está poco o nada satisfecho.

En más, sólo el 26% está plenamente satisfecho con su sexualidad. El resto de los encuestados, por el contrario, quisieran tener más sexo (el 62%) y la mayoría son varones.

Sexólogos y psicólogos observan en los consultorios que la gente está capturada por el estrés y el cansancio, y que por eso segrega hormonas que preparan al cuerpo para huir y no para gozar. Está claro que hay un aumento del estrés en la población y del consumo de psicofármacos, y este combo reduce la búsqueda sexual. La conformidad presente en las respuestas de la mayoría tiene que ver con la idea de Tengo lo que puedo tener en este momento y por ahora no tengo más recursos, energía, tiempo, ganas", interpretó el sexólogo y psiquiatra Enrique de Rosa.

Para la psicoanalista Any Krieger, miembro de Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), y autora del libro "Sexo a la carta", la sexualidad "es un reflejo del estado de ánimo de las personas y, también, responde al momento histórico que vive la sociedad. En ese marco, –explicó– este alto nivel de conformidad tiene más que ver con la resignación que con la satisfacción".

Los jóvenes de entre 19 y 24 años son los menos conformes con su vida sexual. Sólo el 15% dijo que estaba plenamente satisfecho. Los que tienen entre 24 y 35, en cambio, son los más conformes, con el 30% de las respuestas positivas. Los especialistas de la consultora D´Alessio Irol observaron que la baja en la satisfacción sexual de los más jóvenes responde a que muchas veces tienen elevadas expectativas respecto a sus experiencias sexuales.

Según la encuesta, los casados están más "plenamente satisfechos" que los solteros (27% contra 23%), y los separados y viudos son los más disconformes con su vida sexual (dos de cada diez respondieron que están poco o nada satisfechos).

Pero en todos los casos –jóvenes o maduros, casados o solteros, hombres o mujeres–, la mayoría respondió que no está ni muy satisfecho ni muy disconforme. ¿Alarma amarilla?

"Hay una suerte de resignación con la realidad que le toca a cada uno, en detrimento de la búsqueda por conseguir un placer satisfactorio. En verdad, la sexualidad no es sólo el sexo, el coito; es la relación que tiene el sujeto con su libido, la fuerza libidinal, el empuje, la vitalidad que hace a todos los ámbitos de nuestra vida, el trabajo, la creación, la producción. Creo que la encuesta refleja una cantidad de energía sexual que está inutilizada, retenida, almacenada, bloqueada", afirmó Krieger.