Nunca entendí como a pesar de tener cautivos e insalubremente quietos a los niños, durante tantas horas diarias, varios días a la semana, no pueda la escuela hacerse cargo de los “deberes o tareas”. En la mayoría de los casos, este recurso multiplica los conflictos entre padres e hijos y se falta el respeto al derecho al tiempo libre, al juego o simplemente al descanso necesario. Ni hablar de los niños que deben ayudar en otras tareas del hogar o los que tienen doble escolaridad.

El 26 de marzo, La Federación de Consejos de Padres de Alumnos de Francia (FCPE),  cuestionó el “trabajo forzoso al que son obligados, fuera del horario lectivo, sus hijos”. Decidieron convocar a una "huelga de deberes" por dos semanas…Como suele ocurrir en cualquier país, “el Ministerio de Educación”, alejado de las vivencias áulicas y hogareñas, despreció la cuestión. La asociación de padres y madres de alumnos en España: “Ceapa”, redactó un comunicado para apoyar a sus pares franceses. Ellos también integran: la Confederación Europea de Padres y Madres de la Escuela Pública (CEPEP). En uno de los puntos proponen: “que todos los centros educativos oferten programas y “planes de acompañamiento educativo” en primaria, y en secundaria, de manera que al término de la jornada escolar los alumnos con más dificultades se queden un tiempo limitado en la escuela, para recibir clases de apoyo en las materias que lleven más atrasadas.”

En nuestro país, esto se podría aplicar fácilmente en las cada vez más frecuentes y clásicas “horas libres”,  desperdiciadas en secundarias públicas (un poco menos en algunas privadas).

Las tareas, a veces son tan extensas que afecta el cumplimiento de actividades extra escolares, algunas vitales y que la escuela argentina, todavía no se hace cargo…

En el cumplimiento de las tareas, se marcan diferencias importantes entre padres con más o menos, recursos educativos.

Todavía recuerdo los llamados telefónicos en la primaria de mis hijos, entre quienes tenían familiares capaces de resolver deberes vinculados a sus trabajos o profesiones, algunos incluso difíciles para los propios adultos, que también carecían de habilidades didácticas. Según el día, la sobrecarga caía en unos u otros, aunque formábamos una especie de equipo mutualizado. En la actualidad, esto es casi impensable, puesto que los padres llegan agotados y con umbrales de tolerancias hundidos por problemáticas cotidianas.

La mayoría de los chicos resuelven el tema, encendiendo la compu, buscando soluciones pero como es obvio, la inmensa oferta de atractivos extras, suele afectar el intento de hacer la tarea. Además, que valor tiene  bucear datos para cumplir, copiando o plagiando (pocos reconocen su ilegalidad), luego pegar o imprimir y llevar a la escuela algo, que en demasiadas oportunidades, nadie lee.

Creo que el tema demanda un intercambio de ideas desde diferentes ángulos y por supuesto un acuerdo entre adultos que necesitan aprender más, de modelos como el de Finlandia, que a la hora de evaluar y comparar sus resultados, no usa como chivo expiatorio a los niños y es el que más puntaje gana.
 
Mirta Guelman de Javkin
Mirtaguelman@hotmail.com