Con la obesidad, los humanos pierden unas células llamadas células T citolíticas naturales (iNKT), vitales para la inmunidad. Un equipo de científicos ha descubierto que un lípido denominado alfa-galactosilceramida (aGC) tiene la capacidad de activar estas células.

En experimentos realizados con ratones obesos, bastó con administrar una única dosis de aGC para que los animales experimentaran una mejora considerable de su metabolismo y de la esteatosis hepática, así como una importante reducción en el peso ganado y la diabetes.

Ahora se ha descubierto un potencial aliado en la lucha contra la obesidad. Este aliado se encuentra en nuestros “michelines” y se trata de un tipo de linfocito antitumoral que protege frente a la obesidad y el síndrome metabólico que conduce a la diabetes.

Sus resultados indican que, con la obesidad, los humanos pierden células T citolíticas naturales invariantes (iNKT, invariant natural killer T cells), vitales para la inmunidad.

Sin embargo, estas células pueden restituirse con la pérdida de peso. Gracias a este descubrimiento, se ha podido demostrar que las terapias que activan las células iNKT pueden ayudar en el tratamiento de la obesidad, la diabetes y la enfermedad metabólica. Los resultados del trabajo se han publicado en la revista Immunity.

A partir de la investigación llevada a cabo por la doctora Lydia Lynch, investigadora financiada por el programa Marie Curie en el Trinity College de Dublín, el profesor Donal O?Shea, endocrinólogo especialista del Hospital Universitario St. Vincent, y la profesora de inmunología comparada del Trinity College Cliona O?Farrelly, se han descubierto células iNKT en la grasa epiploica de los seres humanos, lo que hasta ahora se consideraba poco frecuente en nuestra especie. La grasa epiploica es la capa de tejido que se encuentra debajo de los músculos del estómago y que coloquialmente se denomina “barriga cervecera” o “michelines”.

“Posteriormente encontramos una gran población de células iNKT en el tejido adiposo de los ratones”, afirmó Lynch, cuya subvención Marie Curie le dio la oportunidad de trabajar con profesores adjuntos de medicina de la Escuela de Medicina de Harvard (HMS) y otras figuras destacadas en el campo de la investigación sobre las células NKT. “Ahora hemos descubierto que estas células participan en la regulación del peso corporal y el estado metabólico, probablemente regulando la inflamación en el tejido adiposo”.

Pero sus hallazgos no acaban aquí. Los científicos también descubrieron que un lípido denominado alfa-galactosilceramida (aGC) puede mejorar de forma notable el metabolismo, la pérdida de peso y la esteatosis hepática, así como revertir la diabetes reforzando las células agotadas.

La doctora Lynch lleva desarrollando esta línea de investigación desde 2007, cuando trabajó con el profesor Donal O?Shea en la Clínica de la Obesidad del Hospital Universitario St. Vincent de Dublín, centrando su trabajo en los sistemas inmunitarios de los pacientes obesos. “Sabíamos que los pacientes obesos no solo sufrían un número más elevado de infartos y una mayor incidencia de la diabetes de tipo 2 que las personas delgadas, sino que además desarrollaban más infecciones que las personas sin obesidad”, afirma.

Los análisis de las muestras sanguíneas de los pacientes mostraron una reducción tanto de las células NKT como de las iNKT. Estudios posteriores del tejido adiposo de un grupo de pacientes obesos que había perdido peso después de una cirugía bariátrica mostraron que las células iNKT habían aumentado hasta niveles normales.

Fuente: Tendencias 21