El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, salió este jueves al paso de las preguntas relacionadas con los escándalos sexuales en los que se ha visto implicado con una afirmación: "Soy el mejor presidente que ha tenido Italia en sus 150 años de historia".

Sus respuestas subidas de tono acapararon la atención durante la rueda de prensa conjunta ofrecida con el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en la isla de La Maddalena, al final de la XVI cumbre bilateral entre ambos países.

Berlusconi se definió como el presidente del Ejecutivo de "un país de casanovas y playboys", incapaz de poner en duda la capacidad de las mujeres para ocupar cargos ministeriales, como se pensó el año pasado tras sus afirmaciones sobre un "Gobierno demasiado rosa" de Zapatero.

Explicó que en sus comentarios sobre el gabinete español tan sólo quiso decir que Zapatero debería rendir cuentas a seis mujeres y no sólo a su esposa, como había hecho hasta el momento.

Y para concluir señaló: "Las mujeres son el regalo más bello que Dios hizo a los hombres", un comentario con el que él mismo confesó que esperaba recibir un aplauso, que al final obtuvo, aunque de modo un poco forzado.

Saldado este punto, Berlusconi pasó a uno más controvertido y que en los últimos meses le ha causado no pocos disgustos, sus fiestas en sus residencias de Villa Certosa, en Cerdeña, y en Roma, a las que asistieron prostitutas de lujo, y su supuesta relación con una de ellas, Patrizia D´Addario, que pasó una noche con el primer ministro y recibió mil euros a cambio.

Sobre este asunto, Berlusconi contestó que el "conseguidor" de chicas Gianpaolo Tarantini, le llevó muchachas a su casa diciéndole que eran amigas suyas, sin saber que luego algunas cobraban dinero.

"Eran mujeres bellas y siempre es agradable cenar con personas que no están alejadas de la estética", dijo.

En cuanto al tema de las velinas (azafatas de televisión) que se postulaban como candidatas a las elecciones europeas, Berlusconi lo calificó de "mentira".

Fuente: EFE