Tras el bochazo masivo a los abogados –muchos de ellos ya fiscales– para ocupar vacantes del Ministerio Público de la Acusación (MPA) y las críticas que afloraron después, la Asociación de Fiscales lanzó un comunicado de repudio en el que además, cuestionó el método de evaluación y exigió “concursos serios, transparentes y adecuados”. "Confundir a los ciudadanos politizando y parcializando los acontecimientos, es no entender que la función pública es un servicio”, llamaron la atención.

“La instancia de evaluación ofrecida –única, breve y escrita– en modo alguno respetó la esencia argumental y controversial propia del cargo al que se aspira, escogiendo un formato de evaluación radicalmente opuesto al que se necesita para estimar la experiencia, la prudencia y el buen criterio de un funcionario público”, señalaron desde la Asocaición de Fiscales.

De los 316 candidatos a fiscales, sólo 27 superaron la prueba y de ellos apenas cuatro obtuvieron la calificación “superó ampliamente”.

“Pero aún si soslayáramos las deficiencias del sistema de evaluación, lo que resulta más grave es la liviandad con la que se pone en duda –sin ningún tipo de conocimiento– la formación académica, la experiencia y la carrera profesional de un funcionario”, continúa el comunicado en el que los fiscales solicitaron “concursos serios y transparentes, con estándares de exigencias altos y adecuados a las funciones del cargo al que se aspira”.

“Confundir a los ciudadanos politizando y parcializando los acontecimientos, es en definitiva no entender, que la función pública es, fue y será: un servicio”, dispararon.

A continuación el comunicado completo.

"La Asociación de Fiscales del Ministerio Público de la Acusación de la Provincia de Santa Fe repudia enfáticamente aquellas manifestaciones públicas que ponen en duda la eficiencia y capacidad de los fiscales adjuntos que rindieron la prueba de Oposición del Concurso de Fiscales de la Provincia.

"Resulta realmente preocupante -y por cierto decepcionante- que se cuestione la idoneidad de los funcionarios públicos en sus respectivos cargos, por no haber ajustado sus opiniones jurídicas a la de un jurado compuesto por tres miembros. Los fiscales adjuntos fueron elegidos mediante concursos de antecedentes y oposición que en su momento fueron detalladamente merituados y publicados, nombrados con acuerdo legislativo, y ejercen diariamente su función con plena transparencia, en audiencia pública y atención permanente a la sociedad, supieron poner en marcha un sistema nuevo de enjuiciamiento de un modo único en toda la República Argentina y asumen diariamente una responsabilidad mayor a la que su cargo les consigna -ejercen funciones de titular siendo adjuntos-.

"La instancia de evaluación ofrecida -única, breve y escrita- en modo alguno respetó la esencia argumental y controversial propia del cargo al que se aspira, escogiendo un formato de evaluación radicalmente opuesto al que se necesita para estimar la experiencia, la prudencia y el buen criterio de un funcionario público.

"Un proceso de evaluación que busca obtener resultados justos -y no un mero filtrado de postulantes o un modo rápido de corrección-, requiere conocimientos técnicos y específicos en la construcción de exámenes, máxime tratándose de cargos de esta investidura. 

"Pero aún si soslayáramos las deficiencias del sistema de evaluación, lo que resulta más grave es la liviandad con la que se pone en duda -sin ningún tipo de conocimiento- la formación académica, la experiencia y la carrera profesional de un funcionario, sin un debido análisis de los hechos y circunstancias, responsabilidad que le cabe a cualquier persona que pretenda emitir una opinión respecto de una Institución republicana que como bien se dice tiene en sus manos “el honor, la suerte y la libertad” de los santafesinos.

"La Asociación de Fiscales arroga la realización de concursos serios y transparentes, con estándares de exigencias altos y adecuados a las funciones del cargo al que se aspira, puesto que confundir a los ciudadanos politizando y parcializando los acontecimientos, es en definitiva no entender, que la función pública es, fue y será: un servicio".