El último lunes tuvo una de esas noticias capaces de levantar polvareda. Se viralizó a través de Facebook y Twitter la foto de una etiqueta que pertenecía a un budín de una cadena de supermercados en la que se incluía cocaína entre los ingredientes del noble producto.
Sobre el cierre de la jornada, la firma Carrefour emitió un comunicado donde explicaba que se trató "de una broma de mal gusto por parte de un empleado de la empresa que provee los budines".
Además, la firma francesa expresó su deseo de “transmitir tranquilidad” a los clientes al asegurar que “no existe ningún componente extraño en los budines marca”.
Para esas horas, la etiqueta del budín de vainilla de 250 gramos ya había ganado espacio en la web. En ella se podía leer, además de la fecha de vencimiento del producto –10 de febrero de este año–, la información nutricional por rebanada.
Entre la lista de ingredientes, aparecía en el costado izquierdo la dura indicación “12 gramos de cocaína”.