El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, presentó ayer al Congreso un borrador del presupuesto para 2008 que contempla un fuerte aumento en el gastos de defensa y un importante recorte al gasto social.

La propuesta, contenida en cuatro tomos forrados de verde, prevé destinar 151,7 mil millones de dólares durante 2008 a las acciones militares en Irak y en Afganistán, informó la agencia italiana Ansa.

Tan sólo el presupuesto para defensa del Pentágono prevé para el próximo año 481.400 millones de dólares, es decir, un 60 por ciento más que lo gastado durante 2001 cuando, tras los atentados del 11 de septiembre, los Estados Unidos iniciaron su "lucha
internacional contra el terrorismo".

Así, un cuarto del presupuesto total para el año próximo, de 2,9 billones de dólares, está destinado a gastos de defensa, la "lucha contra el terrorismo" y los dos escenarios bélicos en los que está implicado Estados Unidos.

Según la Casa Blanca, el presupuesto total anual será un 5 por ciento mayor que el de 2007.

Por otro lado, el presupuesto incluye una reducción en 66.000 millones de los gastos previstos en el programa de salud para los ancianos, conocido como Medicare, en los próximos cinco años.

Además se recortará en 12.000 millones el Medicaid, el seguro de salud para los pobres.

Bush, que justificó su propuesta por las buenas perspectivas económicas, anunció que, a pesar del gasto adicional asignado a la guerra, se mantiene fiel a su objetivo de no aumentar los impuestos y presentar hasta el año 2012 un presupuesto equilibrado.

El incremento de los gastos para la guerra está destinado a ser recibido con hostilidad por un Congreso que desde enero está controlado en ambas Cámaras legislativas por los demócratas.