Como Carlos Salvador Bilardo, el técnico que sacó campeón a Argentina en el mundial de México 86, el actual DT albiceleste también tiene su cábala y, sin vergüenza, la respetó durante los agónicos penales del miércoles contra Holanda. Patada a patada, mantuvo las manos siempre pegadas al cuerpo y cruzadas. Desde el banco, Ezequiel Lavezzi, cumplía con su ritual propio, no mirar, rezar, rezar y rezar. Eva Lázaro Ortega es una psicológa especialista en supersticiones y en contacto con Radio 2 contestó a la pregunta del millón: cábalas, ¿para qué sirven? ¿Acaso de ellas depende la suerte de un equipo?
No, pero satisfacen una tendencia humana básica, el control. En diálogo con el periodista Ciro Seisas, del programa A Diario, la profesional señaló que el ser humano necesita de explicaciones para estar tranquilos e incluso apuntó que una mala explicación es mejor que no tener ninguna.
“Nos gusta tener la sensación de control”, señaló y aclaró, aún a costa de procedimientos no del todo lógicos o racionales. “Las supersticiones son, al fin y al cabo, creencias mágicas o irracionales”, llamó la atención.
Mal llamada cábala –la qabbalah es una disciplina esotérica judía que analiza los sentidos recónditos de la Torá–, rituales como los de Sabella o Lavezzi se repiten de distintas formas y en distintos ámbitos.
Así, Lázaro apuntó que aunque se hacen más visibles en el mundo del fútbol, hay ceremonias personales o colectivas que sirven al mismo propósito: darnos la sensación de que podemos controlar una situación, en realidad, incontrolable; al menos, para algunos. Por poner otro ejemplo, es como el estudiante al que le faltó estudiar una bolilla y esconde los apuntes en el congelador para que el profesor no se lo tome en la mesa de exámen.
De este modo, la especialista descartó que las cábalas sean privativas de un ámbito, un país o una cultura aunque reconoció que hay latitudes donde se muestran con más desenfado, como Argentina.
“La diferencia está en hacerlas o no públicas”, señaló y afirmó que, aunque irracionales, “las cábalas no son ninguna tontería”.


