El robo de cables es un fenómeno que se profundizó especialmente en estos últimos siete años. La cantidad de siniestros fluctúa según el precio del cobre y provoca grandes pérdidas además de dejar sin servicio a miles de usuarios. Este año, sin embargo, podría llegar a ser un récord en la ciudad: entre 70 y 80 robos de cables de teléfono se produjeron por mes, especialmente en las zonas sur y suroeste.

“La calidad del cobre contenido en los cables de teléfono es el principal atractivo que encuentran en este delito quienes se dedican a robarlos ya que se trata de un cobre de alto grado de pureza”, aseguró Ricardo Scaglioge, gerente de Relaciones Públicas de Telecom, a Rosario 3.com.

Los cables de teléfono guardan alrededor de 300 pares de cobre en su interior, por lo que las cifras difundidas por el gobierno en cuando a kilómetros robados en todo el país –2500 entre electricidad y teléfono– y en la provincia de Santa Fe en particular –280 entre ambos servicios– resultan relativas a la hora de calcular la cantidad total de cobre robado de dichas instalaciones.

Es imposible pensar en un mercado en el que alguien venda algo que nadie compra. Quizás por eso, después de tantas denuncias de las empresas y protestas de los usuarios afectados, el gobierno decidió tomar medidas que frenen el comercio de cobre. El ministro del Interior, Aníbal Fernández, explicó que se analizan cambios en la legislación para "desalentar la participación" de estos materiales "en el mercado de exportaciones y en el mercado interno". La idea es propiciar una "legislación adecuada" que "impida la comercialización en el propio territorio y la exportación de la chatarra o de la aleación de cobre o de aluminio sin mostrar, en los dos casos, un certificado que demuestre la legalidad fiscal del origen de la mercadería".

En Rosario, en el primer semestre de este año se produjeron entre 70 y 80 robos de cables de teléfono mensuales, es decir más de 400 casos en la primera mitad del año. Las zonas sur y suroeste fueron las más castigadas. “Las pérdidas que origina este delito son cuantiosas –explica Scaglione– ya que no sólo deben calcularse los kilómetros de cable robado y los que se usan para reponer el servicio cortado, sino también los destrozos provocados y las horas/hombre que debe contemplar la empresa para reponer el servicio".

A tal punto los robos de cable se convirtieron en un hecho cotidiano que la empresa Telecom inauguró una sección “Siniestros” que se encarga de contabilizar pérdidas y llevar adelante los trámites de denuncia y gestión de resposición de las líneas cortadas.