En el marco de la novena Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas en la lucha contra la Desertificación, que se realiza en Buenos Aires, la Comunidad Europea propuso que se inviertan 100 mil millones de euros adicionales por año en los países en desarrollo hasta 2020.

"Desde la Comisión Europea (CE) se ha hecho una primera propuesta basada en estimaciones que nos dicen que se van a necesitar anualmente, cien mil millones de euros adicionales para afrontar los retos del cambio climático", dijo el lunes la directora de Asuntos Internacionales de la Dirección General de Medio Ambiente de la CE, Soledad Blanco.

La funcionaria ofreció una conferencia de prensa junto a la viceministra sueca de Medio Ambiente, Asa-Britt Karlsson, donde explicó la posición europea acerca del cambio climático y la desertificación, en el marco de la novena Conferencia de las Partes (COP 9) de la Convención de las Naciones Unidas en la Lucha contra la Desertificación, que se realiza en Buenos Aires.

Otra parte de esa inversión llegará "del mercado del carbono", siempre que la comunidad internacional "sea capaz" de constituir un mercado mundial de carbono eficaz.

Para llegar a esa millonaria cantidad, Blanco señaló que una parte de esa inversión "deberá provenir de los propios países en desarrollo", sobre todo de aquellos "emergentes más avanzados", como Brasil y China.

La tercera usina de esa inversión será "la financiación pública de los países desarrollados" y "esperamos también de los países en desarrollo más activos", dijo, en alusión a China, Brasil y también la India.

La funcionaria europea señaló que la desertificación y el cambio climático "no son dos problemas separados" si no que por el contrario, el calentamiento global "ya tiene consecuencias negativas" en cuanto a la expansión de la desertificación.

Su principal mensaje fue "que el buen estado de los suelos es una carta positiva para el cambio climático, porque los suelos son unos grandes sumideros de carbono. Hay que trabajar entonces para la protección de los suelos y contra la desertificación", precisó.

Blanco insistió en que la crisis económica, de la que "tendremos que ocuparnos y preocuparnos durante un cierto tiempo", no deberá ser "un obstáculo" en la lucha contra el cambio climático.

Para demostrar que puede hasta resultar una oportunidad económica, la directora europea enumeró una serie de beneficios económicos y sociales que representarán para el viejo continente el cumplimiento de las metas propuestas para el 2020.

El objetivo europeo, dijo, es reducir los gases de efecto invernadero en 20% en 2020 respecto de los valores de 1990 y la apuesta a las energías renovables, con una inversión de 130 mil millones de euros y la creación de más de 700 mil empleos.

"Además -destacó-, se reduciría la factura que se paga en importación de petróleo en 45 mil millones de euros".

La funcionaria sueca alertó sobre el riesgo de aumentos de las hambrunas y el incremento de los flujos migratorios si no se combate la desertificación y la degradación de la tierra.

"Hay poco tiempo hasta Copenhague -la cumbre climática de fin de año en Dinamarca-, por lo que necesitamos acelerar los pasos y lograr el compromiso político de los actores. Naturalmente pueden pasar cosas en el camino, pero hay que mantener el ritmo" de las negociaciones, aseguró Karlsson.

Fuente: Télam