Tras la aparición del cuerpo de Araceli Fulles, la joven que había desaparecido el 1º de abril en la localidad bonaerense de José León Suárez, Asuntos Internos de la Policía Bonaerense desafectó a tres agentes sospechados de facilitar la fuga del principal acusado, Darío Badaracco.

Uno de ellos es hermano de otros dos sospechosos, que están detenidos. En concreto se cree que mantuvieron informado a Badaracco de los movimientos de la policía.

Mientras tanto, otras seis personas vinculadas al prófugo ya están detenidas. Se trata de Rubén y Emanuel Avalos –hermanos de uno de los policías separados–, Antonio Ibarra y Carlos Cassalz. Todos son amigos y Cassalz es el dueño del corralón donde trabajaba Badaracco.