Soñar es una actividad gratuita, lícita, y es quizás el único camino mediante el cual alguien puede alcanzar objetivos que el mundo real se encarga de alejar. Y de tanto soñar con un Central protagonista en el próximo torneo Apertura, de tanto empeñarse en imaginar la mejor versión que el equipo de Ischia podría tener a partir del 3 de agosto, surgió en los sueños de algún directivo un nombre y un apellido que, de ponerse la casaca auriazul, desataría una verdadera revolución: Luciano Figueroa.
Lucho es palabra mayor para el centralista de alma: irrumpió en Primera División en 2001, a pura potencia goleadora, conformando con César Delgado una sociedad endemoniada que se transformó en una pesadilla para las defensas rivales y en la más entrañable dupla ofensiva que los de Arroyito hayan tenido en los últimos tiempos. Aun resuenan en las gargantas canallas los estruendosos gritos de sus goles, productos de su enorme capacidad de definición y su poderoso cabezazo, que incluso lo llevaron a la Selección Nacional.
Y Lucho es la palabra mágica que algún miembro de la dirigencia actual mencionó para iluminar las ilusiones de la tribuna. Se dijo que Genoa de Italia, el club dueño de su pase, tendría en mente prestar al atacante a algún otro equipo para que el futbolista logre recomponer su verdadero nivel, afectado por las lesiones ligamentarias que lo llevaron al quirófano y le hicieron perder continuidad. Según esta versión, a sabiendas del cariño que recibiría en el club de su ciudad, los genoveses verían con buenos ojos un préstamo por seis meses, hasta que regrese el Lucho que todos conocen y así tenerlo revalorizado entre sus filas.
Pero en el entorno del jugador se encargaron de que ese producto de la actividad onírica de la dirigencia se evaporara con suma rapidez. Consultados por Rosario3, allegados a Lucho manifestaron su sorpresa por la noticia del interés de Central, y echaron por tierra cualquier posibilidad de que el centrodelantero retorne a la institución para el próximo torneo. Basaron esta afirmación en que el director técnico actual de Genoa, Gian Piero Gasperini, está muy interesado en contar con sus servicios para la reanudación del Calcio, y que sigue con mucha atención los trabajos de recuperación que Lucho lleva adelante pese a que sus compañeros están de vacaciones.
Además, la fuente consultada dio cuenta de otro impedimento que aparecería en caso de que Central hiciera un intento por repatriarlo: la cuestión económica. De efectuarse el préstamo, probablemente deberían pagar el sueldo del futbolista a medias Genoa y Central, por lo que para los canallas sería imposible hacer frente a una erogación mensual que, transformada de euros a pesos argentinos, alcanzaría una cifra inabordable.
De acuerdo a esto, no hay dudas de que Figueroa seguirá transpirando la camiseta azulgrana del Grifoni o que, en caso de un préstamo, juegue en algún otro conjunto europeo. Así, su regreso a Arroyito se postergará para los tiempos en que decida ponerle fin a su carrera, o seguirá ocurriendo de la única manera en que no existen los imposibles: en los sueños.

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