Su metro noventa anda por el vestuario de Central tratando de acostumbrarse a un mundo nuevo: a sus flamantes compañeros, diferentes completamente en idiosincracia a aquellos junto a los que defendía los colores del
Caracas FC, equipo más conocido por ser verdugo de River en la última Libertadores que por la grandeza de sus títulos; a la manera de trabajar de un plantel que habita un mundo futbolístico mucho más desarrollado que el venezolano; en fin, el personaje en cuestión busca adaptarse rápidamente a un medio diferente que ha significado en su vida un verdadero salto profesional.
El defensor de la selección vinotinto Oswaldo Vizcarrondo, recientemente incorporado a Rosario Central, mira aun con ojos asombrados todo lo que lo rodea. No hace ni una semana desde que pisó por primera vez nuestra ciudad, y ya comienza a entender por qué es la Argentina (y sobre todo Rosario) el lugar más futbolero del mundo. El zaguero trabaja junto al resto de profesionales auriazules en la preparación para llegar en óptimas condiciones al inicio del Apertura, y espera su oportunidad de aparecer en la formación titular en algún amistoso para comenzar a retribuirle al técnico Carlos Ischia tanta confianza depositada en él.
“Es un grupo bastante joven. Hay un compañerismo total. Me dejaron una muy buena impresión” fueron las tres oraciones con las que el caraqueño resumió sus sensaciones luego los primeros entrenamientos. "Conocía solo a Raldes, porque jugamos en la Copa América contra Bolivia, y Emiliano Papa decuando jugaba en Vélez. Pero me llevo una grata impresión detodos,aquí hay muy buenos jugadores"abundó.
Tras su paso con su selección en el certamen continental que quedó en manos de Brasil, en la que no no tuvo chances de jugar,el futbolista contó cómo está fisicamente: “Estuve una semanita parado en Venezuela tras la Copa, y ahora he empezado a trabajar para ponerme a punto. La idea es jugar algún amistoso y luego estar a las órdenes del profe en el arranque del campeonato para demostrar todo mi potencial aquí”.
Por último, el lungo defensor de 1, 91 metros aseguró que no tiene preferencias en cuanto a la función a desempeñar en la cancha: “Puedo jugar en cualquier posición de la defensa, aunque lo que más me gusta es ser central, pero obvio que jugaré en donde el profe lo pida”. Con palabras llenas de respeto, este muchacho caído de las tierras del petróleo y el vallenato ya juega "su" partido: el de acomodarse al universo centralista y de ganarse un nombre en la meca del fútbol sudamericano.
El defensor de la selección vinotinto Oswaldo Vizcarrondo, recientemente incorporado a Rosario Central, mira aun con ojos asombrados todo lo que lo rodea. No hace ni una semana desde que pisó por primera vez nuestra ciudad, y ya comienza a entender por qué es la Argentina (y sobre todo Rosario) el lugar más futbolero del mundo. El zaguero trabaja junto al resto de profesionales auriazules en la preparación para llegar en óptimas condiciones al inicio del Apertura, y espera su oportunidad de aparecer en la formación titular en algún amistoso para comenzar a retribuirle al técnico Carlos Ischia tanta confianza depositada en él.
“Es un grupo bastante joven. Hay un compañerismo total. Me dejaron una muy buena impresión” fueron las tres oraciones con las que el caraqueño resumió sus sensaciones luego los primeros entrenamientos. "Conocía solo a Raldes, porque jugamos en la Copa América contra Bolivia, y Emiliano Papa decuando jugaba en Vélez. Pero me llevo una grata impresión detodos,aquí hay muy buenos jugadores"abundó.
Tras su paso con su selección en el certamen continental que quedó en manos de Brasil, en la que no no tuvo chances de jugar,el futbolista contó cómo está fisicamente: “Estuve una semanita parado en Venezuela tras la Copa, y ahora he empezado a trabajar para ponerme a punto. La idea es jugar algún amistoso y luego estar a las órdenes del profe en el arranque del campeonato para demostrar todo mi potencial aquí”.
Por último, el lungo defensor de 1, 91 metros aseguró que no tiene preferencias en cuanto a la función a desempeñar en la cancha: “Puedo jugar en cualquier posición de la defensa, aunque lo que más me gusta es ser central, pero obvio que jugaré en donde el profe lo pida”. Con palabras llenas de respeto, este muchacho caído de las tierras del petróleo y el vallenato ya juega "su" partido: el de acomodarse al universo centralista y de ganarse un nombre en la meca del fútbol sudamericano.
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El defensor y su primera impresión de Rosario Central