Pregúntenle a los jugadores de River si no lo conocen. La cara de este Oswaldo Augusto Vizcarrondo, quien acaba de convertirse en nuevo jugador de Central, seguramente habrá aparecido varias veces en las peores pesadillas de Daniel Passarella, Belluschi y compañía desde que los millonarios fueron sacados por la ventana de la Copa Libertadores 2007. Es que este muchacho, nacido el 31 de mayo de 1984, formó parte del sorprendente Caracas FC que le propinó dos estruendosas derrotas al frustrado River de las grandes inversiones, y que provocó con esos dos triunfos impensados dos consecuencias inimaginables: que los de Núñez le dijeran adiós prontamente al certamen que lo desvela (y que encima terminó en poder de Boca), y que el conjunto caraqueño ingresara en la segunda ronda del torneo continental, siendo eliminado por Santos en una serie para el infarto.
En Arroyito aterrizó el defensor central Vizcarrondo tras formar parte de la selección venezolana en la última Copa América, en la que no tuvo chances de jugar, y se transformó en refuerzo luego de haber firmado un contrato a préstamo por un año, sin cargo y con una opción de compra bastante favorable a la institución de nuestra ciudad.
El caribeño llega con la anuencia del técnico Carlos Ischia, quien ve con buenos ojos los ciento noventa centímetros de altura que lo hacen fuerte en el juego aéreo. Con 23 años, Vizcarrondo tiene en sus espaldas 109 partidos en la ascendente primera división de su tierra, en los que convirtió dos goles, y será para el calvo entrenador una opción más para utilizar en la última línea, algo resentida tras la partida de Ariel Garcé y Ricardo Moreira.
Oswaldo Vizcarrondo es la tercera incorporación canalla, junto al atacante colombiano Martín Arzuaga y al polifuncional zurdo Emiliano Papa. Este lunes por la noche pasó sus primeras horas en Rosario, y es de suponer que en el entrenamiento del martes se lo verá por primera vez con la indumentaria de fajina que utilizará en esta etapa preparatoria, en la que buscará ponerse diez puntos físicamente e impresionar a quien maneja tácticamente al equipo auriazul para ganarse un lugar entre los titulares. Al menos a alguien impresionará seguro: al verlo, el Kaiser y su troupe millonaria volverán momentáneamente al infierno. Tranquilo que todavía falta, Daniel: River - Central se juega en la undécima fecha.