En la previa, el empate no era un buen resultado para Central que recibía a Gimansia de La Plata, un rival directo en la lucha por no descender. Pero por cómo se dio el trámite, el 1-1 final en el Gigante de Arroyito se teminó viviendo con algo de alivio. Porque el canalla lo perdía desde los 9 minutos del primer tiempo por un gol de Lucas Torres y no jugaba bien. En el segundo tiempo, no mejoró pero fue al frente y tuvo su premio a los 31 después de un disparo de Jonatan Gómez.

En el primer tiempo, la visita fue mucho más que el local e incluso mereció algún tanto más porque fue el que más jugadas de riesgo generó, sobre todo con desbordes por los costados y centros al corazón del área, donde ganaban siempre los delanteros del Lobo. 

El equipo de Cuffaro Russo, en cambio, no tuvo la pelota ni creó peligro para el arco que defiende el Gato Sessa salvo un tiro de Gervasio Núñez que el ex Vélez controló en dos tiempos. Al término de esa etapa, Central llevaba 372 minutos sin convetir y se agravaba la escasez en ofensiva.

En el complemento hubo otro ánimo en el canalla, pero eso no se reflejaba en buen juego ni en jugadas claras. A los 30 minutos, Jonatan Gómez tuvo la pelota en sus pies, dominada y en la puerta del área grande, pero no se animó a rematar al arco. Un minuto después volvió a quedarle y (quizás porque escuchó el “era para pegarle pibe” del relato de Jesús Emiliano en Radio 2) está vez sí le dio con decisión y, gracias a un desvió en Maldonado, quebró la resistencia de Sessa.

Por la reacción de las tribunas canallas parecía que el 2-1 estaba al caer. Sin embargo, el primero en llegar con riesgo fue la visita a través de Sebastián Ereros a los 33 minutos. Cinco después Rinaudo sacó un derechazo con mucha potencia, que se fue apenas arriba del travesaño de Broun.

Si el primer tiempo la estrategia ofensiva fue el cabezazo, en el complemento pareció que la forma elegida para llegar al gol era el tiro de afuera. Por eso, Central respondió con esa misma lógica. A los 39 el mismo Gómez, un poco más atrás de donde logró el empate, sacó un remate que se fue largo.

No hubo mucho más que eso en los minutos finales (tampoco pasó mucho en los minutos anteriores, hay que aclarar), salvo una casi jugada de Franzoia, que casi llega a poner el pie ante una salida de Sessa. Pero, casi, como le ocurrió toda la noche del ex Huracán.

Fue empate entonces. Y fue justo. Porque Gimnasia jugó mejor el primer tiempo y mereció aquella victoria parcial. Y porque en el complemento Central buscó, sin fútbol pero con empuje, el empate que terminó consiguiendo.

El resultado no era negocio en los papeles, pero terminó conformando en la realidad. Central sigue cinco puntos abajo de Gimnasia en la pelea por no descender. Pero hubo también un saldo a favor: el canalla frenó su caída libre de dos derrotas, volvió a hacer un gol (detalle no menor en este juego), quedó a un sólo punto de Racing -otro de sus rivales en los promedios- y con 14 puntos sigue en el pelotón de arriba de la tabla del Apertura.

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El comentario de Omar Denoya (Radio 2)