Virginia Giacosa

Desde que Juan Pablo Calandria contó ante los medios su versión de la historia que ahora lo enfrenta en Tribunales con la profesora Ana María Degano el respaldo de los compañeros del Normal Nº 1 se sintió con fuerza a través del órgano que actualmente los nuclea: el centro de estudiantes.

El apoyo a través de esa herramienta de representación de los alumnos hubiese sido impensable años atrás. Es que el funcionamiento del centro de estudiantes en el Normal Nº 1 es relativamente joven. Ese espacio se puso en práctica a comienzos de 2005 después de un intenso esfuerzo de los estudiantes por agruparse en torno a un centro.

Antes de ese momento las autoridades del Normal Nº 1 se amparaban en la reglamentación vigente que impide que los alumnos se organicen dentro de la escuela. Se trata del decreto Nº 817, firmado en el año 1981, una medida de la dictadura que sirve para regular los aspectos educativos y administrativos de las escuelas de enseñanza media y de educación técnica santafesinas.

El artículo 59 de este decreto niega la posibilidad de que los alumnos realicen peticiones en forma colectiva. "Los directores, al igual que los profesores y el personal administrativo jerárquico del establecimiento, no atenderán bajo ningún concepto representaciones colectivas de los alumnos ni por sí ni por los llamados centros o entidades estudiantiles", establece el documento.

Además, en forma explícita, prohíbe a las autoridades directivas “la conformación de comisiones de estudiantes y de los llamados clubes colegiales”. Y más adelante ratifica: "El club colegial es una organización constituida dentro de los establecimientos de enseñanza, con el objeto de que los alumnos puedan desarrollar, en forma libre y espontánea, pero bajo la supervisión del departamento de educación física, actividades deportivas, recreativas y culturales, propendiendo a la vez a que se ejerciten funciones cívicas".

A un año que los alumnos del Normal Nº 1 consiguieran, gracias a la intervención del Ministerio de Educación provincial, tener su centro de estudiantes, se escucha un reclamo parecido de un grupo de estudiantes de un colegio privado, la Dante Alighieri.

“Hace un mes atrás un compañero elevó a las autoridades del establecimiento un proyecto para la conformación de un centro de estudiantes pero la única respuesta que obtuvimos fue que armar un espacio así era ilegal”, contó a Rosairo3.com uno de los alumnos que pide por la apertura del centro.

Aunque no lo dijeron, las autoridades de Dante Alighieri rechazaron la iniciativa bajo el resguardo que les brinda el decreto 817. Sin embargo, lo que nadie sabe es que a partir de que el Ministerio de Educación provincial intervino en el caso de los estudiantes del Normal Nº 1 redactó un decreto que hace posible esta forma de participación. Además, desde la cartera educativa se comprometieron a reglamentar una ley aprobada en 1988 –posterior al decreto de la dictadura– que fomenta y aprueba la creación de este tipo de órganos.

“Sabemos que estamos apegados a un reglamento interno que firmamos cuando entramos al colegio y bajo nuestra voluntad; por eso, aunque no podamos instrumentarlo este año, queremos trabajar con miras al próximo para que podamos a partir de 2007 reunirnos en torno a un centro”, explicó otro de los estudiantes de la Dante Alighieri.

Consultados acerca de los motivos por los cuáles quieren organizarse, una alumna expresó que “a medida que paso el tiempo se generó una división muy grande entre directivos y alumnos y aparecieron más roces”. “Queremos que un centro no sólo sirva para organizar a los estudiantes sino como un canal de comunicación entre los alumnos y las autoridades”, resumió la misma chica.

Para otros, aunque la educación que imparte la institución no es para nada cuestionable, lo importante sería tener un espacio para discutir cosas que les preocupan, les interesan y de las que no están del todo informados. “Nos gustaría hacer ciclos de cine con proyección de materiales y luego debates. Por ejemplo, cuando se conmemoró el aniversario de La noche de los lápices no vimos el hecho en ninguna materia, de tener un centro hubiésemos podido organizar algo”, señaló otro de los estudiantes del grupo.

Rosario3.com intentó hablar con las autoridades de la Dante sobre el tema, pero la respuesta fue que no hablaban con la prensa por teléfono.