Pekín quiere organizar unos Juegos Olímpicos ejemplares y no está dispuesta a que las formas de vida de algunos de los máximos responsables olímpicos empañen el evento, informó este martes la prensa local.

"Los altos cargos no deben abandonarse al vino y las mujeres y no deberían visitar lugares de entretenimiento después del trabajo", dijo Liu Qi, presidente del Comité Organizador de Pekín 2008 y del Partido Comunista de Pekín, citado por el diario China Daily.

Para evitar sorpresas desagradables, el BOCOG, dijo Liu, no sólo vigilará de cerca el desempeño laboral de sus trabajadores, sino también su estilo de vida. A su vez, el BOCOG será auditado cada seis meses por la Oficina Nacional de Auditorías (ONA), que vigilará estrechamente todos sus gastos e ingresos, dijo la agencia Xinhua.

El director del departamento de inversión de la ONA, Pan Xiaojun, señaló que las auditorías se centrarán en la construcción de los principales recintos: el estadio, la piscina y la villa olímpicas y el centro de conferencias.

El año pasado, el teniente de alcalde y responsable de las obras olímpicas, Liu Zhizhua, fue destituido de su cargo y expulsado del Partido Comunista por aceptar millones de yuanes en sobornos, un bochorno por el que Pekín no quiere volver a pasar.

"Tenemos que tener unos buenos Juegos", dijo Wang Qishan, alcalde de Pekín, "de otro modo no sólo nuestra generación quedará humillada, sino también nuestros antepasados".

"Vendrán más de 20.000 periodistas sin acreditar y 10.000 acreditados que van a cubrir cada detalle de Pekín en sus artículos", añadió el edil, consciente de la repercusión mediática que tendrá cuanto suceda en la ciudad olímpica.

China está empeñada en acabar con la corrupción galopante de muchos de sus dirigentes, la cual resta credibilidad y respaldo popular al Partido Comunista, en el poder ininterrumpidamente desde la proclamación de la República Popular China en 1949.

 

Fuente: EFE