Por más que las actuales autoridades de la Empresa Provincial de la Energía (EPE) nieguen que vayan a producirse cortes masivos del servicio durante el próximo verano, los problemas en el suministro que ya empezaron a suscitarse dejan entrever un primer trimestre del año de por sí complicado para los consumidores.

Complicaciones que este lunes se registraron en distintos puntos de la ciudad, como por ejemplo en el centro (la zona de Italia y Mendoza) y sobre todo en la zona sur, donde incluso afectó una planta de bombeo de Aguas Santafesinas SA.  Para la administración entrante la intensidad de estos desperfectos durante el verano "dependerá de lo que hayan hecho o hayan dejado de hacer los que hoy administran la empresa, y no de los que están a punto de hacerse cargo”.

A poco más de una semana de producirse el cambio de autoridades en el gobierno provincial, ya circulan variadas versiones en torno al déficit que dejará la actual administración y a las posibles formas de paliarlo.

“Nos hemos encontrado con un déficit muy importante que ronda los 90 millones", admite el designado ministro de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente de la provincia, Antonio Ciancio, a Rosario3.com. "De esa cifra, unos 40 millones deberemos cubrirlos a la brevedad, y el resto podrá ser prorrateado para futuros ejercicios”, agrega.

Además del déficit, Ciancio reconoce que existe una necesidad urgente de contar con 6 millones de pesos para insumos, a fin de evitar consecuencias peores con vistas al verano, aunque aclara que “si algún apagón se produce en los próximos meses cuando habitualmente se registran las temperaturas más elevadas del año, eso dependerá de lo que hayan hecho o hayan dejado de hacer los que hoy administran la empresa, y no de los que están a punto de hacerse cargo”.

El designado ministro explica que entre las opciones para oxigenar a la empresa con dinero se evalúan varias alternativas: desde la derivación de dinero procedente de Rentas Generales para cubrir el déficit operativo más urgente, pasando por el cobro mensual de la factura (sin aumento, en principio), el probable incremento tarifario si los insumos y la energía que se compra aumentan y hasta un posible pedido de subsidio a la Nación que permita brindar el servicio sin cargar los costos exclusivamente sobre los clientes usuarios.

Cualquiera sea la opción elegida, lo que las nuevas autoridades aspiran a dejar en claro es que es imprescindible racionalizar el consumo. “Los cortes que ya empezaron a producirse –dicen– muestran lo insuficiente de las inversiones realizadas en relación con una demanda en continuo crecimiento". Admiten que el objetivo de hacer una empresa más eficiente se irá cumpliendo en forma paulatina y los beneficios no se verán este próximo verano.